
Cambio de tornas. Los hermanos Luis y Cristina Cort Lagos han quitado el primer puesto a Agapito García en la lista de morosos a Hacienda a cierre del año 2017. Ambos hermanos adeudan al fisco 28 millones y 27,8 millones de euros, respectivamente. A ello se suman los 90,5 millones que deben a través de su sociedades Fomensa Hispania.
Pero, ¿quiénes son Luis y Cristina? Ambos hermanos eran dueños de gran parte de los terrenos del madrileño barrio de Valdebebas. Tras la venta de los mismos, Hacienda empezó a poner a la familia en el punto de mira hasta que llegó a la conclusión de que habían usado sociedades para eludir impuestos entre 2009 y 2010. Sin embargo, esta denuncia no llegó a ningún sitio por la prescripción de estos delitos fiscales.
Según explicaba El Confidencial, el asunto se resume en un problema de fechas. El 15 de junio de 2015, la Abogacía del Estado se querelló contra los hermanos Cort Lagos -en este caso Elena, Maria Lorena, Luis y Cristina- por delito fiscal y contra cinco de sus sociedades por fraude en los ejercicios 2009 y 2010.
Finalmente, el 30 de junio de 2015 prescribía el delito de 2009 (el plazo son cinco años y el delito de ese año se comete en junio de 2010, al presentar la declaración de IRPF). Hay que remontarse a 2008 cuando el Constitucional falló en el caso de los Albertos que la interposición de una querella no suspende el cómputo del plazo.
Agapito Sánchez, un clásico en la lista
Por su parte, Agapito Sánchez, de más de 70 años, debe 16,9 millones de euros, inferior a la deuda de 17,03 millones de la lista anterior. El contribuyente moroso hizo su fortuna en el sector de la construcción y en el ámbito financiero en torno a los años 90. De esta manera, explica El País, hay que remontarse a 1989 para encontrar los primeros contactos de García con Hacienda.
Fue ese año cuando el empresario vendió sus cuatro firmas de hormigón y materiales de construcción al grupo británico Steetley, que después se integró en el gigante cementero Holcim. La firma inglesa le pagó 22,7 millones de euros.
Tras este ingreso, Hacienda inspeccionó la operación y detectó que Sánchez había usado una sociedad para eludir impuestos. El fisco le reclamó 20 millones de euros en 1990, una cifra que incluía lo eludido y una sanción del 70%. Ante la negativa del empresario de abonar esta cantidad, los funcionarios activaron su maquinaria jurídica.
El camino judicial llegó a su fin en 2012, cuando el Tribunal Supremo falló a favor de Hacienda tras un reguero de sentencias que daban la razón al contribuyente. Así, la multa inicial engordó -tras intereses y recargos- hasta los 31,7 millones de euros. A este importe millonario había que sumar también otros dos millones, que es lo se gastó el empresario en abogados de renombre.
"La voracidad de Hacienda me ha devuelto a mis orígenes: la pobreza", aseguraba entonces Sánchez en una entrevista a El País. "¿Qué justicia dura 25 años?", lamentaba.
A este empresario le sigue el expresidente de Banesto Mario Conde, tiene una deuda de 14,9 millones de euros con Hacienda, por encima de los 9,9 millones que figuraban en el anterior listado de morosos.