
El turismo belga se recuperó en 2017 de la caída sufrida tras los atentados del 22 de marzo de 2016 en Bruselas, con un incremento del 5% en las pernoctaciones con respecto a 2016 y de un 1% con relación a 2015, según publicó hoy la oficina de estadística belga, Statbel.
El sector se había resentido gravemente después de que los atentados en la estación de tren de Molenbeek y el aeropuerto de Zaventem dejasen 32 muertos y 340 heridos, que fue la principal causa de un descenso interanual de las pernoctaciones del 4% a nivel nacional y del 19% en la región de Bruselas.
Pero aún le queda camino
La capital belga, el escenario de los ataques perpetrados por el Estado Islámico en marzo de 2016, todavía no se ha recuperado del todo. A pesar de que el número de reservas creció un 22% en 2017, las cifras siguen siendo un 2% más bajas que en 2015.
Las regiones de Flandes y Valonia, menos afectadas por las cancelaciones, experimentaron un crecimiento del 3% y del 1%, respectivamente. De las 38.677.308 pernoctaciones registradas por Statbel, el 52% fue de turistas belgas que se desplazaron dentro de su propio país. Más allá del turismo interno, los principales visitantes en 2017 fueron franceses (el 7%), alemanes (6%), británicos (5%) y españoles (el 2%).