Economía

Alemania asume ya que los aranceles de Trump perjudicarán el avance del PIB

  • Merkel reitera su lealtad a la UE ante la guerra fría con EEUU
Donald Trump y Angela Merkel.

Desde la esfera política hasta al ciudadano de a pie, ya nadie duda en Alemania de que los Estados Unidos de Donald Trump dejó de ser un país o un mercado amigo y menos el garante de la seguridad europea como lo fue durante los últimos setenta años, desde que la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin.

Pero, por si había alguna duda y en la que fue toda una declaración de intenciones, el embajador de Alemania en EEUU, Peter Wittig, reconoció hace unos días al periódico Handelsblatt que "el Gobierno estadounidense está cada vez más lejos de mantener esa tradición por la cual occidente es una comunidad de naciones con ideas afines".

Todo ha cambiado desde que Trump jurase su cargo como presidente. El Gobierno alemán lo entiende así y, como prueba, los desafortunados encuentros entre la canciller y el dirigente americano o las medidas que desde Washington amenazan con socavar una guerra comercial entre ambas potencias. Una circunstancia que, si ya era complicada, subió hasta el último escalón de la hostilidad en la pasada cumbre del G7 después de que Trump decidiera retirar, a través de un tuit, su apoyo al comunicado conjunto. Por si esto fuera poco, en Berlín ya se da por hecho que los aranceles que Estados Unidos pueda imponer a su industria automotriz perjudiquen incluso al PIB germano dada la importancia de este sector en su economía.

Por estas y otras razones, y dejando de lado la diplomacia de la que siempre hace gala, la canciller se apresuró en cuanto puso el pie en suelo germano en decir a sus compatriotas que Alemania tiene que cambiar la forma en que ve el mundo. A pesar de que EEUU es considerado por Berlín como un gran aliado, nunca antes las orillas habían distado tanto entre ambos países. "Con el presidente Trump, el Atlántico se ha ensanchado", aseguró Heiko Maas. El titular germano de Exteriores plasmó así la "profunda decepción" que ha causado en su Gobierno y, personalmente, en él mismo, la línea de Trump.

Reequilibrar las relaciones

No obstante, Maas abogó por reequilibrar las relaciones con Washington en una nueva etapa en la UE ocupe los espacios que abandona EEUU. "Tenemos que poner nuestro peso donde nuestro socio se retira. Así podemos como europeos colocar un contrapeso donde Estados Unidos traspasa las líneas rojas", agregó.

Merkel lo sabe y así, en los últimos días, ha recordado una y otra vez su lealtad a la UE como una forma de reaccionar a la agresividad estadounidense. Pero para ello, además del resto de países miembros, Alemania necesita de Francia. En resumen, Alemania reconoce que no hay otro lugar para protegerse de las bombas estadounidenses que en la zona euro. Pero Macron tiene la llave de ese búnker.

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