Economía

Bruselas admite preocupación por las señales negativas que llegan de Italia

  • Escolano reitera a la Comisión que cumplirá con el déficit del 2,2%

Los ministros de Finanzas del euro (el Eurogrupo) se reunieron ayer para discutir dos temas fundamentales para el futuro del bloque: la salida de Grecia de su programa de rescate el próximo agosto y la culminación de la unión bancaria. Sin embargo, sus mentes estaban ocupadas con un presente más amenazador: cómo se comportará el nuevo Gobierno italiano populista del Movimiento 5 Estrellas y la Liga.

Europa espera vigilante a que el nuevo Ejecutivo tome posesión y a sus primeras decisiones antes de intervenir. Sabe que cualquier comentario traería más problemas con unos líderes que han advertido a Bruselas que no se meta en sus asuntos. Y la envergadura de sus "asuntos" es tal como para tomarse en serio su advertencia. Porque Italia arrastra una deuda pública de unos 2,3 billones de euros y sus bancos están horadados por 173.000 millones de euros en créditos morosos. Ningún socio europeo presenta un cuadro más amenazante.

"Sería un error interferir en la política italiana", comentó al llegar al Eurogrupo el comisario de Asuntos Europeos, Pierre Moscovici. Un día después de pedir a Roma una "respuesta creíble" para reducir la deuda pública, el francés comentó que no están interviniendo sino solicitando "un diálogo constructivo" con el nuevo Ejecutivo.

"Tenemos muchas elecciones en Europa, tenemos que respetar el proceso democrático", comentó el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno. El ministro de Economía español, Román Escolano, recordó por su parte que Italia es un país "profundamente europeísta". Valoró las primeras palabras del nuevo primer ministro italiano, Giuseppe Conte, más conciliador que los líderes de M5E y la Liga, Luigi Di Maio y Matteo Salvini.

Pero detrás de esta prudencia late la preocupación por el terremoto que puede causar los nuevos timoneles de la tercera economía del euro. Han expresado su disposición a saltarse las reglas fiscales de la UE y quieren colocar a un euroescéptico al frente de su Economía.

"Tengo los dedos cruzados", dijo el ministro de Finanzas eslovaco, Peter Kazimir, quien admitió que las señales que llegan de Roma "no son muy positivas sobre la relación que quieren con la eurozona".

Esta preocupación lleva días ya reflejada en el comportamiento de los inversores, quienes están ya empezando a salpicar con sus dudas a Portugal y España, como reflejan los spreads de la deuda soberana.

A pesar de esta tensión en el mercado de deuda, Escolano descartó cualquier riesgo de contagio y se mostró "bastante confiado" con la solidez de la economía española. "El crecimiento español es tal que provee confianza", añadió.

Sin embargo, la Comisión se encargó de recordar ayer tanto a Madrid como a Lisboa que sus economías son "vulnerables" por su nivel de deuda, y por el elevado desempleo, en el caso español, y los créditos morosos, en el portugués.

Escolano insistió al respecto que España cumplirá con su objetivo de déficit para este año (2,2% del PIB), como incluyó en su Programa de Estabilidad. El ministro reaccionó así a las dudas de la Comisión Europea, que aventuró ayer un desvío de cinco décimas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky