Economía

Vladimir Putin promete reformas económicas en su mandato más difícil

  • Habrá menos dinero para jubilaciones, asistencia social y defensa
  • Miles de jóvenes protestan por la falta de reformas y la corrupción
Vladimir Putin.

Vladimir Putin gobernará Rusia durante seis años más. Es el líder de facto desde el comienzo de este siglo. Ante unos 5.000 invitados en el Kremlin, prometió "servir fielmente al pueblo", como reza el juramento formal. Ha renovado a Dmitri Medvedev en el cargo de primer ministro. Los comicios -que ganó con un récord de apoyo de casi el 77%- estuvieron marcados por una oposición debilitada y acusaciones de fraude.

La toma de posesión se vio ensombrecida por la violencia empleada por la policía para dispersar el sábado las manifestaciones de los opositores gubernamentales, encabezados por Alexei Navalny. Fueron detenidos unos 1.600 de sus seguidores, la mayoría luego puestos en libertad. En la ceremonia, Putin dijo que mejorar la economía tras una recesión motivada en parte por las sanciones internacionales será su principal objetivo.

Símbolo de estabilidad

El dirigente ha restaurado el protagonismo de Rusia en el escenario mundial a través de acciones militares, pero ha sido criticado por sus insuficientes esfuerzos para diversificar la economía, alejándola de su dependencia de las exportaciones de petróleo y gas y desarrollando el sector manufacturero. A pesar de las críticas, es el político más querido y valorado. A sus 65 años es un símbolo de estabilidad para muchos de los 140 millones de rusos.

Se convirtió en primer ministro en 1999, al ser nombrado por el Parlamento con la bendición del entonces presidente, Boris Yeltsin, quedimitió pocos meses después. Putin asumió el cargo de foma interina a sus 47 años, ganando en 2000 sus primeras presidenciales. Yeltsin le había allanado el camino, al nombrarlo director del servicio secreto FSB, sucesor de la KGB. En 1975, había sido reclutado por el servicio de inteligencia soviético. Después fue enviado a Dresden, en la República Democrática Alemana. Tras la caída del Muro, quemó cientos de documentos de la KGB, a la que sirvió más de 10 años. El colapso de la Unión Soviética fue para él "la mayor catástrofe geopolítica del siglo".

A comienzos de los 90 se convierte en asistente del entonces alcalde de San Petersburgo, Anatoly Sobchak, que fue su profesor en política internacional, y uno de los primeros que le propusieron como presidente. Su muerte, el año 2000, le afectó profundamente.

Ocupó la jefatura del Estado durante ocho años, agotando así el máximo fijado por la Carta Magna. Entonces pasó a ser primer ministro e impulsó a su aliado, el primer ministro Medvedev, a la presidencia. Cuando éste asumió la jefatura del Estado, nombró a Putin su jefe de Gobierno. La maniobra de este tándem "democrático" fue criticada y en Moscú muchos consideraban a Medvedev un títere.

Durante su etapa como primer ministro, hubo una reforma de la Constitución ampliando el mandato presidencial, a seis años. Fue elegido de nuevo presidente en 2012 y ayer fue investido hasta 2024.

Putin y sus aliados afirman que su política exterior ha hecho que Rusia recupere su fortaleza y orgullo nacional. Para muchos rusos, la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014 fue el acto más emblemático de su tercer mandato. Para Occidente, esa anexión supuso una violación del derecho internacional. El apoyo de Moscú a los separatistas del este de Ucrania generó tensiones y la Unión Europea le impuso sanciones económicas en 2014. La ayuda de Putin al dictador sirio Bashar al Asad lastra asimismo la relación con la UE y Estados Unidos.

Con Putin, Rusia se siente como un factor de orden en un futuro mundo multipolar. Moscú se beneficia de la pasividad de EEUU y la UE, y se convierte en un importante actor en Oriente Medio.

El desafío es interno

Según una encuesta del Centro Levada, el 47% de los rusos considera que en sus 18 años en el poder Putin ha logrado devolver al país su condición de gran potencia, y el 45% cree que no ha logrado garantizar una distribución más justa de los ingresos.

Así pues, los mayores desafíos le aguardan en el frente interno: las ansiadas reformas económicas. Hasta ahora, Putin ha sabido estabilizar la economía tras su hundimiento en 2014, a raíz de la caída del petróleo y las sanciones por la anexión de Crimea. Esta estabilidad se ve amenazada por las recientes y más duras sanciones. Habrá menos dinero para jubilaciones, asistencia social, incluso para defensa.

Las críticas provienen sobre todo de los jóvenes. Además de la falta de reformas, la corrupción y el ruinoso estado del sistema sanitario sacan regularmente a miles de personas a la calle en manifestaciones. Tras el éxito en las urnas, cabe esperar continuidad y una política interna más autoritaria.

Ha podido observarse su estilo arbitrario: limitaciones de la libertad de reunión, intimidación de la sociedad civil y más control sobre Internet, en especial sobre las redes sociales. Se teme que la descomposición de la democracia continuará, por lo que es dudoso que la lucha contra la corrupción sea exitosa.

¿Será este cuarto mandato el último? Vladimir Putin deberá decidir si modifica la Carta Magna o, en su caso, trazar una nueva jugada maestra para seguir al frente. Si opta por retirarse, tendrá que buscar un relevo entre la leal elite en el poder.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky