
París, 7 may (EFE).- El primer ministro francés, el conservador Edouard Philippe, recibe hoy sucesivamente a los sindicatos de la compañía estatal de trenes SNCF, que desde comienzos de abril mantienen un pulso al Gobierno con una serie de huelgas en protesta por la reforma del sector ferroviario.
Para intentar desbloquear un conflicto en el que se han convocado 36 días de paro en tres meses hasta finales de junio, con la amenaza de una prolongación en verano, Philippe había aceptado estos encuentros después de que las centrales se negaran a seguir negociando con la ministra de Transportes, Elisabeth Borne.
Pero de entrada, advirtió de que hay ciertos puntos de la reforma ferroviaria que no se van a tocar: la apertura a la competencia, la reorganización de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) y, sobre todo, el fin del estatuto laboral -muy favorable- del que se benefician los trabajadores de esa empresa.
Uno de los argumentos para no modificarlos es que todo eso está en el proyecto de ley que ya fue adoptado en primera lectura por la Asamblea Nacional el pasado 17 de abril.
El primer ministro se ha dejado un margen de maniobra con los sindicatos al indicar que hay otras cuestiones "que deben precisarse", en particular el futuro convenio colectivo del sector, la reorganización del transporte de mercancías por ferrocarril y la deuda de la SNCF (cerca de 47.000 millones de euros) que el Estado está dispuesto a asumir en gran parte.
La esperanza de esta nueva fase que se abre con las reuniones de hoy -el primer ministro también recibe al presidente de la SNCF, Guillaume Pépy, y a representantes de asociaciones de usuarios de los transportes públicos- es romper la unidad de acción de los sindicatos, que no tienen todos la misma actitud.
Mientras la Confederación General del Trabajo (CGT, mayoritaria) se opone radicalmente a la reforma, en particular a la supresión del estatuto de la SNCF para los que sean contratados a partir de ahora, y exige su retirada, la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT) llega a su cita con Philippe con enmiendas al proyecto de ley en tramitación parlamentaria.
Todo esto ocurre en vísperas de una nueva secuencia de huelga, prevista para mañana y el miércoles, que de nuevo afectará a cientos de miles de pasajeros que se verán privados de viaje en tren.
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