Economía

La Comisión pide 192.000 millones más para el Presupuesto 'postBrexit'

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea

Este miércoles arrancó el primer asalto del combate más duro y difícil de los que se habrán visto en el cuadrilátero de la UE. Si normalmente las negociaciones para acordar los Presupuestos plurianuales comunitarios son tensas y se cierran en el último minuto, las cuentas para el próximo periodo serán la negociación "más difícil", dijo ayer el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al presentar su propuesta.

La razón es que Europa tiene más prioridades, como inmigración o el impulso digital, mientras que pierde a Reino Unido, su segundo contribuyente neto a las arcas comunitarias. Para el próximo periodo presupuestario (2021-2027), el primero tras el Brexit, la CE pide a los miembros que aflojen la cartera para aumentar los recursos disponibles hasta rondar los 1,3 billones de euros, alrededor del 1,14% del PIB europeo. Comparado con el actual presupuesto plurianual (2014-2020), los fondos disponibles aumentan en unos 192.000 millones de euros.

Nuevas tasas

Para aligerar la carga de las contribuciones nacionales (alrededor del 70% de los ingresos del Presupuesto), la Comisión propone nuevas tasas y recursos propios, como un impuesto a los plásticos no reciclables, una parte de los ingresos del Impuesto de Sociedades cuando se armonicen las bases imponibles, o un 20% de los ingresos del mercado de emisiones. Así espera recaudar hasta un 12% del futuro presupuesto (unos 22.000 millones).

El aumento que pide la Comisión representa el punto medio entre el que pedía el Parlamento Europeo (hasta el 1,3% del PIB europeo) y la congelación en el techo del gasto actual del 1%, peleada por algunos contribuyentes netos (Suecia, Dinamarca, Holanda y Austria). Alemania, el principal pagador a las arcas comunitaria, y Francia se han mostrado dispuestos a pagar más, además de otra docena de socios, incluida España.

Juncker defendió su propuesta, primero ante el pleno de la Eurocámara y luego ante la prensa, como un Presupuesto "ambicioso, pero equilibrado" y "realista". Sin embargo, los líderes de los países en contra de abrir la mano acudieron a Twitter para cargar contra su plan.

La propuesta "está lejos de ser una solución aceptable", dijo el jefe de Gobierno austriaco, Sebastian Kurz. "¡Una UE más pequeña debería significar un Presupuesto más pequeño!", dijo su homólogo danés, Lars Løkke Rasmussen. Una reclamación que repitió el líder holandés, Mark Rutte, quien añadió que el borrador de la Comisión "no era un resultado aceptable" para su país.

Juncker reaccionó a la oposición diciendo que es "normal" y no se mostró preocupado, a pesar de que se requiere la unanimidad de los 27 Estados miembros, además del visto bueno del Parlamento Europeo.

Críticas a los recortes

Las críticas también empezaron a llegar por el lado de los países que pedían que no se recortaran los fondos de cohesión, que caen un 7%, hasta los 442.000 millones, y la Política Agrícola Común, que pierde un 5%, hasta casi los 380.000 millones.

Francia, la gran defensora de la PAC, dijo que los recortes propuestos por Bruselas al campo son "inaceptables". España también había avisado en varias ocasiones en el pasado que se opondría a meter la tijera a estas dos partidas, en las que es de los principales beneficiarios.

El Ejecutivo comunitario tuvo que reducir las contribuciones a estos fondos para hacer sitio a nuevas prioridades, como inmigración o seguridad, y reforzar aquellas que preparen a Europa para competir en la nueva era digital.

El principal ganador en el nuevo reparto de la Comisión será el programa Erasmus +, que verá cómo se doblan sus fondos hasta los 30.000 millones. La partida incluye 700 millones para financiar pases de Interrail para jóvenes europeos. También aumentarán los fondos para I+D+I (50%, hasta superar los 100.000 millones), para seguridad (40%, hasta los 4.800 millones) y se creará un Fondo de Defensa con 13.000 millones de euros.

Refuerzo y condicionalidad

El borrador que presentó ayer la Comisión también tiene en cuenta el debate en marcha para reforzar la unión económica y monetaria. Por eso, la institución propone un instrumento para apoyar las reformas en los Estados miembros (con 25.000 millones) y una Función Europea de Estabilización de la Inversión para concluir proyectos en marcha en caso de que un socio sea golpeado por un shock económico. Esta nueva facilidad contará con 30.000 millones en garantías, que Bruselas obtendrá a través de la ingeniería financiera similar a la que usó con el Plan Juncker.

No son las únicas novedades que incluyó el Presupuesto plurianual de la Comisión Juncker, uno de los más innovadores de los últimos periodos. Aprovechando la salida del Reino Unido, propone cargarse el resto de devoluciones que se hacen a algunos contribuyentes netos (Suecia, Dinamarca, Holanda y Austria) aunque en un periodo de cinco años, para no enemistarles más. También reduce las líneas presupuestarias de 58 a 37, para ganar más flexibilidad en la gestión. E introduce una nueva condicionalidad, que vincula el acceso a los fondos al Estado de Derecho. En concreto, Bruselas podría congelar las transferencias si no hay una gestión "sólida" del dinero europeo y un sistema judicial independiente para garantizarla.

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