Un boicot comercial a tres marcas emblemáticas de productos de mayor consumo en Marruecos no ha dejado de crecer desde su lanzamiento hace más de dos semanas en las redes sociales y se ha convertido en expresión de descontento social hacia la élite económica y política del país.
Todo comenzó el pasado 20 de abril cuando aparecieron unos llamamientos anónimos desde dos páginas de Facebook para boicotear la leche de Centrale Danone, el agua mineral Sidi Ali del grupo Holmarcom y las gasolineras Afriquia del grupo Akwa, los tres líderes en sus respectivos ámbitos y símbolos casi nacionales.
Pese a la aparente desconexión entre los tres productos, llamó la atención que los perjudicados fueran Afriquia, el grupo que dirige el empresario más rico de Marruecos y ministro de Agricultura y Pesca, Aziz Ajanuch, y Sidi Ali, del grupo dirigido por la empresaria Meriem Bensaleh Benchakrun, actual presidenta de la patronal marroquí.
El caso Danone
En cuanto al grupo Centrale Danone, pese a que la casi mayoría de las acciones pertenecen al grupo francés Danone, los internautas que se han sumado a la campaña denuncian su "complicidad" con el poder político a la hora de fijar los precios y de "explotar" a los pequeños agricultores.
Curiosamente, ninguna de estas marcas ha practicado recientemente una subida sustancial de precios, pero los promotores del boicot les critican por el monopolio de facto que ejercen en sus respectivos ámbitos, por imponer precios por encima del poder adquisitivo del marroquí de a pie y por ser productos donde se mezclan negocios con política.
Nada más lanzado, el llamamiento ha ido creciendo como una bola de nieve y se han hecho virales fotografías que muestran las tres marcas tachadas con signos de boicot en rojo; y los hashtags más usados en todo el país volvieron a ser: #moqatioune (boicoteamos) y #khalih-Yrib (déjalo fermentar).
La movilización adquirió mayor velocidad tras las airadas reacciones de algunos responsables como el ministro de Economía, Mohamed Busaid, que calificó a los boicoteadores de "locos" o un directivo de Centrale Danone, Adil Benkirane, quien tachó de "traidores" a aquellos que no consumen sus productos.
Aunque hasta ahora no se sabe quién está detrás de este movimiento inédito en el país, hay quien ve la mano del expresidente de Gobierno, el islamista Abdelilah Benkirán, y la juventud de su formación Partido Justicia y Desarrollo (PJD).
Aducen que Benkirán ya criticó abiertamente hace unos meses a Ajanuch por juntar los negocios con la política, y se refieren también a una supuesta maniobra de la jefa de la patronal Meriem Bencheqrun para frenar el avance de los inversores de ideología islamistas en los pasados años.
Inesperado éxito
Más allá de las razones que se dan para buscar el origen de esta campaña, los observadores coinciden en que ha encontrado un inesperado éxito popular a través de las redes en un momento en que han desaparecido en Marruecos los espacios y los temas de contestación política.
Los resultados de la campaña no tardaron en aparecer: varios de los artistas más famosos y más seguidos en Marruecos declararon apoyar un movimiento de boicot que surgió del pueblo, así como numerosos emigrantes marroquíes enviaron fotos y vídeos de solidaridad con la campaña.
También políticos de varias tendencias se sumaron al bando de apoyo: la líder del izquierdista Partido Socialista Unificado (PSU, oposición), Nabila Munib, llamó a una reforma del modelo de desarrollo del país para un "reparto equitativo de las riquezas".
"(El boicot) es el grito de jóvenes maduros cansados de la confusión entre el poder político y económico, de la tiranía, de la corrupción y del monopolio que reina en el país ante la ausencia total de una competencia transparente", denunció.
Ante el silencio de los medios oficiales del país magrebí y de los responsables de las tres empresas, no existen cifras contrastadas sobre el impacto económico del boicot.
Pero varios internautas ya empezaron a celebrar los resultados de la Bolsa de Casablanca de ayer lunes, jornada en que Afriquia Gaz y Central Danone sufrieron las caídas más fuertes (5,97% y 5,69% respectivamente).
Una encuesta realizada por "averty.ma" entre el 28 y 29 de abril sobre una muestra de 1.072 personas mostraba que el 79,8% de los encuestados apoyan la campaña de boicot, lo que da una idea de su éxito.