
Inmune ante las incertidumbres que acechan a buena parte de sus vecinos, la locomotora alemana sigue imbatible, impulsada por un vigoroso crecimiento, una recaudación fiscal sin precedentes o el nivel más bajo de desempleo desde la reunificación. El Consejo de Expertos Económicos del Gobierno de Alemania, conocido popularmente como "los cinco sabios", pronosticó un crecimiento del PIB del 2,3% este año, mejorando así una décima su anterior previsión.
Unas cifras que desdibujan las advertencias lanzadas por el Ministerio de Economía, que alertó sobre la posibilidad de que las disputas comerciales pudieran nublar las perspectivas para el país. Los economistas ni se inmutaron; al contrario. Si algo temen "los sabios", es que esa expansión pueda, como mucho, crear un "sobrecalentamiento" de la locomotora europea.
Tras ocho años de crecimiento consecutivo, muchos ya no ocultan en el país un cierto y descarado sentimiento de euforia ante un auge económico que no solo ha servido de reconocimiento internacional, sino que ha desbordado de optimismo los augurios de los analistas, alentados por los titulares de prensa que desde hace meses gritan la buena marcha de la economía.
Una euforia que tampoco ha pasado desapercibida en la nueva Gran Coalición, y de ahí que el recién instaurado Gobierno de Angela Merkel quiera basar el crecimiento de su economía en el fortalecimiento de sus principales sectores, como el bancario, el automotriz y el comercio exterior. Y así quieren encaminar la legislatura, con el objetivo de mantener la economía en el buen estado en que se encuentra
Pese a que la coalición solo lleva unas semanas en el poder, las tensiones y las divergencias entre los tres partidos gobernantes han sido patentes y el único consenso es mantener en buen estado la boyante economía alemana. Tras seis meses con un gobierno en funciones y después de reconocer las debilidades que atraviesan los dos partidos, la Unión Cristianodemócrata y la bávara Unión Socialcristiana (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) han acordado, como primera hoja de ruta, crear las condiciones para que la inversión y prosperidad del país se multiplique.
En esta línea, el Ministro del Trabajo, el socialdemócrata Hubertus Heil, aseguró que la meta es que toda la población activa cuente con buenos empleos en tiempos de transformación tecnológica. Por esa razón, una de las primeras leyes que presentará la coalición ante el Bundestag será reglamentar un puente legislativo para la transición entre el empleo parcial al puesto de trabajo a tiempo completo. Merkel ha declarado en reiteradas ocasiones que Alemania debe preparar las condiciones para sumarse a la era de la digitalización y, por su parte, el ministro de Transporte, el cristianodemócrata Andreas Scheuer, entiende que solo se puede lograr que la población económicamente activa cuente con empleo si se logra una nueva dinámica para el país, en la que juegan un papel central las inversiones y las innovaciones.
El pleno empleo, al alcance
El término social es entendido en Alemania en el contexto de la economía social de libre mercado, que estipula que todos los alemanes deben participar de la prosperidad económica del país. En este aspecto, la canciller se entrevistó hace unos días con dos actores clave: el presidente de la Federación de Sindicatos Alemanes, Reiner Hoffmann, y el de la Asociación Patronal, Ingo Kramer.
El desempleo volvió a bajar en marzo y solo afecta al 5,5% de la población activa. De ahí que el objetivo constitucional del pleno empleo esté al alcance de la mano si los próximos años se desarrollan como los anteriores. Una circunstancia que, según advirtió Kramer, podría verse afectada si varían las tasas de interés, Estados Unidos cumple sus amenazas arancelarias o no se se soluciona la escasez de mano de obra cualificada.
También está el escándalo de la manipulación de emisiones. Merkel ya calificó de "costosa" la solución técnica para los vehículos diésel afectados, que consiste en sustituir componentes físicos en los motores. Es preciso buscar una solución razonable que contemple "ventajas y costes", agregó.
Todo está por ver. En las primeras semanas desde el arranque de la legislatura, los disensos y controversias entre los miembros del gobierno no han cesado. Además, la situación de los tres partidos está marcada por dos hechos: la pérdida de CDU/CSU y del SPD de 14 puntos durante las elecciones del pasado 24 de septiembre.
A ello se agrega el fulgurante surgimiento en el firmamento político de un partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD), que actualmente es la tercera fuerza política en el Bundestag, aventajando con ello a los Verdes, al Partido La Izquierda y al Partido Liberal.