
El futuro económico de España e Italia no parece demasiado brillante. Al menos eso es lo que destacan los expertos del banco UBS en un informe sobre las perspectivas a largo plazo del crecimiento económico en la Eurozona. "Las previsiones para Italia y España son más desafiantes, ambos países se enfrentan a una reducción rápida de la fuerza laboral y una inversión en intangibles reducida".
Los economistas del banco suizo han cruzado datos de las previsiones demográficas, indicadores sobre productividad y las perspectivas de inversión fija y en intangibles de varios países de Europa, para presentar una clasificación que muestra las perspectivas de crecimiento a largo plazo para las 10 mayores economías de la región. Los analistas de UBS creen que los países de la Eurozona tendrán que aumentar la inversión para compensar la disminución de la población activa, si quieren mantener vivo el crecimiento económico.
Una España envejecida
España se encuentra entre las que mayores dificultades va a tener para mantener el crecimiento, aunque está por encima de Grecia, Portugal e Italia. Dentro de los parámetros analizados, el mejor comportamiento de España es en el de productividad, mientras que la peor nota es en porcentaje de la inversión dedicada a intangibles.
No obstante, hay que tener en cuenta que el crecimiento de la productividad laboral en España en los últimos años ha sido pasivo. Es decir, este incremento se ha producido por la fuerte destrucción de empleo que ha incrementado de forma pasiva el ratio de capital por trabajador. De modo que de cara al futuro, la productividad laboral puede volver a estancarse si no se producen cambios en la estructura productiva y en la composición del gasto de las empresas.

Caída de la fuerza laboral (izq) y reducción de las horas trabajadas (der). // Fuente: UBS Research
En las últimas posiciones aparecen Grecia, Portugal e Italia, debido sobre todo a las previsiones demográficas, pero también a la escasa inversión en intangibles y en el caso de Italia por el dramático crecimiento de su productividad en los últimos años.
"Dada la caída del crecimiento de la población, una mayor inversión será fundamental para la productividad de la Eurozona y, por lo tanto, para el crecimiento a largo plazo. Mientras que la inversión tangible será importante, la inversión en intangibles será crucial para el futuro, las empresas y los gobiernos tienen que incrementar su inversión en capital humano y en mejoras organizacionales", destacan desde UBS.
Según la Comisión Europea, los activos intangibles son la investigación, el software y otros tipos de propiedad intelectual que cada vez son más relevantes. "La importancia de la inversión intangible está ganando peso respecto a la inversión en activos tangibles como pueden ser puentes, maquinaria o plantas energéticas".
Alemania y Francia
"Si bien Alemania está cerca de Francia en términos de inversión, es probable que los datos demográficos pesen sobre el crecimiento a largo plazo de la locomotora de Europa", señalan los economistas de UBS, entre ellos Anna Titareva y Reinhard Cluse, en un informe. "Las perspectivas para Italia y España parecen ser más desafiantes".
Irlanda (primera posición global) y Francia (segunda posición global) están mejor posicionadas para mantener el crecimiento a largo plazo en niveles similares a los actuales, según economistas de UBS. Irlanda lideró este ranking en cuatro de las seis métricas analizadas por UBS, relacionadas principalmente con la productividad y el crecimiento de la población. "Eso le da las mejores perspectivas en términos de crecimiento potencial".
Irlanda presenta la tasa de natalidad más elevada de la Unión Europea a la par que tiene la tasa de mortalidad más baja. Los últimos datos presentados por Eurostat destacan que en Irlanda nace 13,5 bebés por cada 1.000 habitantes, frente a la media de diez en la Unión Europea, los 8,8 de España o los 7,8 de Italia. Esta menor tasa de natalidad lastrará el crecimiento potencial de estos países salvo un incremento deslumbrante de la productividad.
No obstante, aunque se prevé que la población activa de la zona del euro se reduzca en casi un 6% para 2030, se mantendrá prácticamente sin cambios en Francia. En Alemania, la mayor economía de Europa, la caída podría alcanzar el 9% y probablemente afectará el crecimiento a largo plazo, según UBS.
Francia lidera el paquete en términos de inversiones "intangibles", tales como capacitación del personal, investigación, desarrollo y software. Estos trabajan más rápido para impulsar el potencial de crecimiento, aunque "para lograr aumentos de productividad más amplios, probablemente se necesitará un aumento en ambos tipos de inversión, tangible e intangible", según han sentenciado los economistas.
A modo de conclusión, "la combinación de una fuerza laboral menguante, la caída de horas de trabajo y de la tasa de participación, sugiere que la Eurozona va a tener que lidiar con fuertes presiones a la baja sobre el crecimiento a largo plazo. Estamos que una caída de un punto porcentual en la proporción de adultos entre 20 y 59 años puede causar una reducción del crecimiento del PIB per cápita de entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales".