Economía

Cuatro candidatos clave se enfrentan en la campaña electoral mexicana más incierta

  • López Obrador, de la coalición Juntos Haremos Historia, es el favorito
Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Margarita Zavala.

La incertidumbre marca la campaña para las elecciones presidenciales mexicanas del próximo 1 de julio. El Estado está desbordado por la violencia, la incapacidad de combatir la corrupción y la impunidad. La crisis en las relaciones con la administración de Donald Trump en Estados Unidos es profunda. Las negociaciones del Tratado de Libre Comercio del que depende el futuro económico de México son fluctuantes. La militarización de la frontera desestabiliza esta estapa.

El mayor fracaso de la clase política es la pobreza, que de un 24,1% de la población en 2000 ha subido al 43,6% en 2017. Es-to ha llevado a una informalización de la economía, generando inseguridad y desajustes en las finanzas públicas. Según cifras del Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2018, publicadas por la Secretaría de Desarrollo Social, los Estados con mayor porcentaje de población en situación de pobreza y marginación son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla, con entre un 59% y un 77%.

Son cuatro los candidatos principales que optan a la jefatura del Estado. El favorito en las encuestas es el veterano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de la coalición Juntos Haremos Historia, formada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de izquierda, fundado por él, con los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES). El ex alcalde de Ciudad de México concurre por tercera vez a las presidenciales.

Parece haber dicho adiós a la retórica populista y asegura no estar "ni con el chavismo, ni el trumpismo". No obstante, su trayectoria ha hecho temer una política antiempresa privada. Él lo niega. Al igual que los demás aspirantes, aboga por mayor transparencia en la política y los negocios.

Retoma el debate del mando único planteado durante todo el sexenio, si bien han fracasado los esfuerzos para introducir un mando único policial entre las corporaciones municipales, estatales y federales. Pese a las dificultades, AMLO insiste en que quiere el mando sobre todas las entidades federativas. Integraría al Ejército, la Marina y la Policía, y crearía una guardia nacional que garantice la seguridad.

Propone también una amnistía para los capos del narcotráfico. Una iniciativa polémica, que tampoco tiene en cuenta la dimensión transnacional. Para combatir el crimen es necesario una acción conjunta con los vecinos. Sostiene también que acabaría con la guerra contra el narcotráfico -200.000 muertos y 35.000 desaparecidos en una década- gracias al crecimiento económico.

En cualquier caso, y a diferencia de campañas como la de 2006, que acabó perdiendo, exhibe una nueva actitud. En la medida de lo posible, procura alejarse de controversias. Otro hecho que se puede interpretar como una ventaja para AMLO es que varios de sus antiguos adversarios en el pasado están ahora en su equipo.

En segundo lugar, y candidato revelación, está el conservador Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente, creada por la formación de centroderecha Acción Nacional (PAN), con el izquierdista Revolución Democrática (PRD) y su aliado Movimiento Ciudadano (MC). Con una especie de gran coalición a la mexicana, este abogado y politólogo de 39 años ha sabido interpretar la situación actual. Afirma que, de llegar a la Presidencia, su principal objetivo será erradicar la corrupción y la inseguridad. Destituirá de cargos públicos a políticos negligentes y corruptos, acabará con la colusión entre contratistas y gobernantes y se enfrentará al crimen organizado. Promete profesionalizar, capacitar y mejorar los salarios de policías.

El oficialista José Antonio Meade, de la coalición Todos por México, formada por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), junto con Nueva Alianza (Panal) y Verde Ecologista de México (PVEM), no acaba de despegar. Propone medidas para combatir la corrupción, el crimen organizado, el lavado de dinero y el tráfico de armas. Castigos iguales para todos los delitos y un sistema que permita integrar a todos los criminales. Fortalecer la Policía y combatir las causas de la delincuencia. Sin embargo, la población tiene presente los aumentos en la gasolina debida a la reducción a los subsidios, la inflación del 6,69% anual y la devaluación del peso de más de un 60% durante la administración de Enrique Peña Nieto. Bien es cierto que se debieron en buena medida al efecto Trump, aunque son factores que pesan sobre la candidatura de Meade, quien ha ocupado distintas carteras durante los últimos 11 años.

Meade y Anaya coinciden en la necesidad de dar independencia a la Procuraduría General, hoy vista como tributaria del Gobierno de turno. En economía, ambos comparten proyectos proempresa.

Margarita Zavala, exmilitante del Partido Acción Nacional (PAN), se presenta como independiente. Desde la reforma electoral de 2012 vuelve a ser posible presentarse sin respaldo partidista. Se requiere el apoyo de al menos 866.593 personas con derecho a voto. El Instituto Nacional Electoral ha validado las firmas y aprobado la candidatura de la abogada y esposa del ex presidente Felipe Calderón (2006 a 2012). Pese a estar subiendo en la preferencias de los electores, ocupa el cuarto lugar entre los contendientes.

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