
La Seguridad Social cerró 2017 con dos récords que, a priori, parecen contradictorios. Por un lado, los 109.037 millones de euros recaudados a través de las cotizaciones sociales son un máximo histórico que no se alcanzó ni en los mejores años previos a la crisis, cuando la ocupación era un 8% superior a la actual. Por otro, un déficit de 18.756 millones de euros, que supera en algo más de 200 millones de euros el de 2016 incluso a pesar del medio millón de empleos creado en el ejercicio.
En este contexto, el Gobierno no debe decidir si equilibra el sistema y recorta las pensiones o si las mantiene o sube a costa de la emisión de deuda. Para decidir por él, en la última reforma (del año 2013) se estableció que las pensiones subirían como mínimo un 0,25% cada año. Pero también se creó un índice teórico, que permitía calcular cuál debería ser la evolución de las pensiones para que el sistema estuviera equilibrado. Pues bien, según los cálculos realizados por BBVA Research, este índice teórico (el Índice de Revalorización de las Pensiones) dice que las pensiones deberían bajar este año un 2,88% para evitar el déficit.
Los economistas Enrique Devesa, Rafael Doménech y Robert Meneu son los responsables del informe que recoge el cálculo. El IRP se calcula como la diferencia entre el crecimiento de los ingresos del sistema, menos el crecimiento del número de pensiones, el aumento del gasto debido al efecto sustitución (por la entrada de nuevas pensiones más elevadas que las que abandonan el sistema) y la corrección gradual (en una cuarta parte, de acuerdo con lo establecido en la Ley 23/2013) del déficit existente en términos relativos al gasto en pensiones. Para amortiguar los efectos del ciclo económico, para todas estas variables se calcula la media de 11 años, lo que para 2018 equivale a la media entre 2013 y 2023.
Recibieron 2.000 euros más que los ingresados
Según sus cálculos, "los ingresos nominales han crecido a un ritmo del 3,6% en 2017 y se espera que lo sigan haciendo a esta tasa hasta 2023. Por su parte, los gastos sin revalorización alguna crecen a un ritmo promedio del 2,7%, como consecuencia del aumento del número de pensiones (1,1%) y del efecto sustitución (1,6%)", por lo que de no existir el déficit, las pensiones podrían subir un 1,1% sin desequilibrar el sistema. Pero al tener en cuenta el déficit acumulado, el resultado cambia ya que para equilibrar gradualmente la Seguridad Social, se necesitaría una corrección del 2,88% en la nómina de las pensiones. Esto supondría una rebaja en las pensiones de unos 30,84 euros al mes de promedio.
El resultado es ligeramente más positivo que el que se registró el año pasado, cuando el IRP indicaba que equilibrar las pensiones obligaría a bajar las pensiones un 3%.
Los economistas destacan que el déficit de las pensiones fue en 2017 de 19.187 millones de euros, lo que, según sus cálculos, "equivale a que, en promedio, cada pensionista recibió 2.004 euros por encima de los ingresos por cotizaciones". Si este agujero, hubiera habido que cubrirlo con cotizaciones sociales, cada afiliado habría tenido que aportar una media de 1.053 euros adicionales el pasado ejercicio, según los cálculos del Servicio de Estudios de la entidad.
Por el momento, el Gobierno ha elevado las pensiones el 0,25%, el mínimo que puede hacerlo, aunque en los presupuestos presentados hace unos días incluyó una subida del 3% de las pensiones mínimas y no contributivas y de entre el 1 y el 2% para otras pensiones bajas. Con ello, el gasto en pensiones aumentaría un 3,7%, hasta los 144.834 millones de euros, lo que significa el 40,9% del presupuesto de este año. No obstante, las cuentas acaban de iniciar su tramitación parlamentaria y, si no la superan, no se aplicarían estos aumentos.