
La Declaración Unilateral de Independencia (DUI) tiñó de negro el último trimestre del año para la banca en Cataluña. La resolución aprobada por el Parlament en los últimos días de octubre aceleró el ritmo de huida de los depósitos en la región hasta provocar en los tres últimos meses del año una fuga de 31.400 millones de euros. La tendencia de salida de los ahorros de la autonomía ya se había hecho patente a mediados de año coincidiendo con el anuncio que el día 9 de junio hizo el entonces presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, de celebrar la consulta. Tan solo en los tres meses previos al 1-O, Cataluña registró una salida de depósitos de casi 5.000 millones de euros, cuando la tendencia había sido al alza en los meses previos.
Sin embargo, la carrera ciega hacia la independencia materializada en la aprobación de la DUI inició una desaforada fuga de depósitos en la autonomía que se tradujo en la pérdida del 17% de los mismos en el último trimestre de 2017, hasta cerrarlo con 153.335 millones de euros.
La confrontación entre Cataluña y el resto de España alentó una situación de incertidumbre política, y también jurídica, en la comunidad que no vio calma con la aplicación del artículo 155 ni la convocatoria de elecciones para el 21 de diciembre. Lejos de ello, las primeras encuestas auguraban un claro empate entre los partidos constitucionalistas y los independentistas dejando la llave a la ambigua formación al respecto encabezada por Ada Colau, de Catalunya en Comú.
Las dudas se alargaron hasta el final del año potenciando la salida de empresas de la región, en torno a 2.500 compañías abandonaron Cataluña el año pasado, y el claro nerviosismo de los ciudadanos por dejar a salvo su dinero, lo que implicaba sacarlo de la autonomía.
Por provincias, Barcelona es la que mayor trasvase de fondos realizó con una pérdida de depósitos del 18,68%, o lo que es lo mismo, la salida de 27.805 millones de euros. Es decir, el 88,5% de la fuga de depósitos salió de esta provincia.
Destino del dinero
Ante la masiva salida de dinero y la inquietud de los clientes, las entidades bancarias, que vieron un rápido adelgazamiento en sus depósitos, se apresuraron a ofrecer cuentas espejo como solución para ambas partes. Estas cuentas espejo permiten que el dinero no salga del balance del banco, pero sí que cambie de comunidad. Las regiones más beneficiadas por esta solución fueron, esencialmente, las limítrofes con Cataluña: Comunidad Valenciana y Aragón. Entre las dos autonomías absorbieron más de 9.800 millones de euros procedentes de los ahorradores catalanes, según informan fuentes del mercado a este diario.
Del mismo modo, Madrid fue uno de los territorios clave elegido por las empresas para depositar su dinero. Aunque en el balance global de la región los depósitos descendieron un 2,26% en el último trimestre del año, las cuentas vista (cuentas corrientes) engordaron un 11,3%, al absorber 24.800 millones nuevos y acabar el año con 243.240 millones.
Los bancos más castigados por la huida fueron Caixa Bank, BBVA y Sabadell, según las mismas fuentes. La entidad presidida por Jordi Gual trasladó su sede a Valencia, mientras que Sabadell hizo lo mismo con destino Alicante. BBVA tiene una gran exposición en la región, tras adquirir la catalana Unnim y Catalunya Caixa. Tan solo en octubre, el banco vivió una salida de 6.060 millones en depósitos, siendo la entidad que más perdió.
Los depósitos en el cuarto trimestre del año en el conjunto de España mermaron un 1,7%, no comparable con la estrepitosa caída de Cataluña. No obstante, la tendencia actual del ahorrador es el trasvase de los depósitos hacia fondos de inversión, por la escasa rentabilidad de los primeros en un entorno de tipos bajos. Fuentes del mercado también apuntan a una pequeña desviación a fondos en Cataluña no relacionada con el procés.
Mejor previsión de crecimiento para España
A medida que escampa el peor temporal político que sacude Cataluña y España, por el desafío independentista, y se rebaja la tensión institucional, las previsiones de este ejercicio para la economía nacional mejoran. Al menos así aparece reflejado en la última publicación del Panel de Funcas, que prevé un crecimiento del PIB español del 2,7% en 2018, una décima sobre lo esbozado en el Panel anterior, y del 2,4% para 2019. Además, el informe sitúa la escalada de la inflación en el 1,4% en el conjunto del año, periodo en el cual la tasa de parados se recortaría hasta el 15,3%, informa Gonzalo Díaz.