
España ha dejado de ser una preocupación en Bruselas. Por eso, los análisis de la Comisión sobre nuestro país ya no preocupan en Madrid. Pero a pesar de la buena marcha de la cuarta economía de la eurozona, el organismo que preside Jean-Claude Juncker dará hoy un toque al Gobierno al advertir que su esfuerzo reformador necesita mejorar.
El Ejecutivo comunitario pasará hoy revista al estado de las economías europeas, como fase previa a las recomendaciones dirigidas a los socios que posteriormente publica en primavera. Al echar la vista atrás, el progreso español ha sido "limitado" al aplicar las recomendaciones emitidas por la institución el pasado año, según el documento al que tuvo acceso elEconomista.
Bruselas cree que nuestro país se ha quedado corto en el refuerzo del marco fiscal, la promoción de los contratos indefinidos, solucionar las disparidades regionales, reformas educativas para mejorar los resultados, una mejor gobernanza de la inversión en innovación, o en la aplicación de la ley de unidad de mercado. El progreso fue algo mayor en la reforma de las licitaciones públicas, la revisión de las partidas de gasto, o al reforzar la coordinación entre los servicios de empleo y sociales públicos.
El mensaje y el tono han cambiado en comparación a exámenes anteriores en los peores momentos de la crisis. El documento destaca la creación de empleo y el crecimiento. Pero advierte de que éste se frenará, sobre todo porque la productividad sigue sin despuntar. Además, nuestra economía no se quita de encima importantes "vulnerabilidades", como una deuda pública y un desempleo "muy elevados". Las cuentas públicas no darán un susto a corto plazo, e incluso España podría salir del procedimiento de déficit excesivo este año. Pero la Comisión advierte que "los riesgos sobre la sostenibilidad continúan siendo elevados".
Por el lado del mercado laboral, el informe destaca que la segmentación "corre el riesgo de que refuerce la elevada desigualdad salarial". Además, la institución vuelve a lamentar la "generalización" de los contratos temporales, los cuales impactan en la desigualdad y en la productividad. Y aunque observa que el Gobierno ha movido ficha, señala que los incentivos para fomentar los contratos indefinidos "han tenido un efecto pequeño"