
El sentido común indica que las parejas tienen menos hijos cuando se ven en una situación económica inestable o desfavorable, y algunos estudios científicos han constatado esta realidad en los últimos años. Sin embargo, un reciente estudio va un paso más allá: sugiere que el índice de concepciones puede anticipar una recesión económica.
La investigación, publicada por el National Bureau of Economic Research de Estados Unidos, concluye que en las tres últimas recesiones de aquel país - que comenzaron en 1990, 2001 y 2007 - se dio la circunstancia de que el número de concepciones cayó varios trimestres antes del inicio del ciclo económico recesivo, lo que abriría la posibilidad de anticipar un giro en la economía gracias a este indicador.
En este sentido, los investigadores subrayan la importancia de las expectativas de la sociedad sobre su futuro cercano, unas sensaciones que parecen más acertadas que varios de los indicadores clásicos para medir la salud de la economía o prever su futuro. Por ejemplo, en los gráficos que acompañan al estudio se aprecia cómo la confianza del consumidor empieza a caer cuando se identifica la recesión, y se recupera poco antes de que esta finalice oficialmente, es decir, cuando los datos económicos permiten ver la 'luz al final del túnel'. Sin embargo, el número de nacimientos cae varios meses antes del ciclo recesivo.
Los datos de Kasey Buckles, Daniel Hungerman y Steven Lugauer también cuestionan la ratio de desempleo. "Las concepciones caen antes de que aumente el desempleo", señalan, criticando también que se establezca la fertilidad como una consecuencia del ciclo económico: "Nuestro análisis confirma que la fertilidad es pro-cíclica pero muestra que la narrativa estándar de que "la fertilidad es pro-cíclica" es potencialmente engañosa porque: a) los descensos atribuidos a una recesión pueden haber sido en parte anticipatorios, ocurriendo cuando comenzó la recesión y no durante ella, y b) porque la relación 'fertilidad- ciclo empresarial' puede cambiar a lo largo del ciclo".
A este respecto, en la investigación se aprecia cómo durante la crisis económica de 2007, la más larga del periodo estudiado, aparece un fuerte repunte de la ratio de concepciones hacia la mitad de la recesión - demostrando que la fertilidad puede ser independiente del ciclo - , antes de volver a caer a su punto más bajo de 30 años justo cuando comienza la recuperación.
Los investigadores consideran que probablemente esta correlación entre la caída de una economía y la anticipación en la caída de las concepciones no se ha descubierto antes por el uso habitual de datos anualizados en los estudios, en lugar de los mensuales o trimestrales. Al emplear series de datos con mayores rangos temporales, el inicio y la profundidad de las pequeñas tendencias pueden perderse, como ocurre en este caso. "Para las tres recesiones, las series anuales encubren la naturaleza anticipatoria de las concepciones - de hecho, para la primera y tercera recesiones, el crecimiento de concepciones parece estar en máximos relativos antes del inicio de la recesión. El problema es aún mayor si uno usa los datos de nacimientos en lugar de las concepciones", señalan.
Sin embargo, el propio trabajo pone de manifiesto sus limitaciones, subrayando que en el estudio de datos previos a 1988 no aparece tan claramente el descenso de concepciones previendo la recesión. Los investigadores sugieren que los cambios sociales entre los periodos 1968-1988 y 1988-2012 pueden tener gran parte de culpa de esta nueva correlación, gracias a cuestiones como la mayor incorporación de la mujer al mercado laboral o el acceso y proliferación a métodos anticonceptivos.
Pese a todo, los autores alertan de la dificultad que entraña poder anticipar las recesiones en tiempo real con este indicador. El hecho de que el resultado de las concepciones aparezca nueve meses después y de los retrasos en los registros civiles harían inútil el estudio de la variable mes a mes. Han sugerido otros métodos basados en la misma premisa pero con la posibilidad de obtener los datos casi en vivo, como la compra de bienes relacionados con la natalidad (cunas, pañales, chupetes, biberones, etc.). Pero la correlación tampoco se muestra tan fuerte en este caso, en el que los productos que más se aproximan al resultado final son los test de fertilidad y ovulación.