
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen hoy en Bruselas para iniciar lo que en el mundo de la UE podría ser algo así como el combate del siglo. Se empieza a discutir el próximo Presupuesto plurianual (2020-2027), en el que los 27 Estados (ya sin Reino Unido) se repartirán más de un billón de euros. El Gobierno español va a pelear para mantener los fondos de cohesión y las ayudas al campo, incluso si para ello tiene que abrir la mano y contribuir con más dinero.
Ayer mismo, la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha reiterado que para el Gobierno de España es "prioritaria" la Política Agrícola Común (PAC) y que la cofinanciación es una línea roja.
Si las negociaciones de los grandes Presupuestos son normalmente duras, éstas llegarán a la categoría del Mayweather vs. McGregor, porque los socios tienen nuevas prioridades (en Seguridad, Defensa y Migración), con 10.000 millones menos al año por la salida del Reino Unido. Además, los contribuyentes netos, sobre todo Alemania, quieren nuevas condiciones para acceder a los fondos. Sobre todo cumplir con el Estado de Derecho y la acogida de refugiados. Esta condicionalidad castigará sobre todo a Hungría y Polonia, en guerra con Bruselas por la acogida de refugiados (el primero) y la reforma judicial (el segundo).
España está dispuesta a "actualizar" cómo se gastan los casi 43.000 millones que recibió para ayudas al campo de 2014 a 2020. Pero sin que ello suponga un recorte. Lo mismo que con los 31.280 millones de fondos estructurales del periodo anterior. Según fuentes españolas, el gasto de cohesión debería también dirigirse a países más ricos para tratar, por ejemplo, bolsas de pobreza.
Aunque Berlín está dispuesta a contribuir con más dinero, Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca ya han advertido que no van a abrir más la cartera. La Comisión ha lanzado controvertidas propuestas para generar más ingresos, como un impuesto a los plásticos. Pero su líder, Jean-Claude Juncker, no esconde que al final hará falta meter la tijera a las vacas sagradas de cohesión y la política agrícola común.
La de hoy será una primera toma de contacto para ver las posiciones de partida, sobre todo en las prioridades y el tamaño del Presupuesto para financiarlas. En función de estos dos puntos, los líderes tendrán una idea de si podrán cumplir con el calendario de la Comisión y el Parlamento de lograr un acuerdo para abril de 2019, calendario que las capitales ven "poco realista". La negociación del anterior Presupuesto plurianual llevó 29 meses, en condiciones más benignas.
Los líderes también discutirán la propuesta de la Comisión y la Eurocámara para que el cabeza de lista ganadora de las elecciones europeas de mayo de 2019 sea presidente de la Comisión. Sin embargo, los Estados no quieren renunciar a su participación en el nombramiento.