
El Departamento de Comercio de Estados Unidos, liderado por Wilbur Ross, sacaba la semana pasada el conejo de su chistera al ofrecer al presidente Donald Trump una serie de recomendaciones sobre aranceles y cuotas a las importaciones de acero y aluminio. Restricciones oficiosas, no oficiales, que incluyen un gravamen base del 24% a los exportadores de acero al país y del 7,7% a los exportadores de aluminio.
A la espera de una decisión formal por parte de la Casa Blanca, los socios comerciales de Washington, entre los que se incluyen Japón, la Unión Europea, China, Corea del Sur, Rusia y Sudáfrica, ya han manifestado su malestar y amenazado con represalias si los planes del republicano acaban por materializarse.
"Si la decisión final de EEUU acaba por dañar los intereses de China, tomaremos las medidas necesarias para proteger nuestros derechos", avisó Wang Hejun, del Ministerio de Comercio del gigante asiático. Mientras, Yusuji Komiyama, director de la división de industria metalúrgica del Ministerio de Economía, Comercio e Industria nipón, dijo a Reuters que Japón "no supone una amenaza para la seguridad nacional estadounidense".
Recordemos que la administración Trump tiene hasta el próximo 11 de abril para decidir si imponer o no algún tipo de arancel, cuota o una mezcla de ambas iniciativas, como parte de la investigación llevada a cabo por el Departamento de Comercio y auspiciada por la sección 232 de la Ley de Comercio de EEUU, que respalda la imposición de estas restricciones para asegurar la seguridad nacional del país.
Tres alternativas
Gross recomendó tres posibles alternativas. La primera implica un arancel global de al menos el 24% sobre todas las importaciones de acero, independientemente de su procedencia. En segundo lugar, propuso un gravamen de al menos el 53% sobre todas las importaciones de acero de 12 países (Brasil, China, Costa Rica, Egipto, India, Malasia, República de Corea, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Turquía y Vietnam) con una cuota por producto en las importaciones de acero de todos los demás países equivalentes al 100% de sus exportaciones en 2017 a EEUU. Por último, se habla de una cuota para los productos de acero de todos los países equivalente al 63% de las exportaciones de cada país a EEUU el año pasado.
Medidas similares también se recomendaron a las importaciones de aluminio. "Cada una de estas alternativas tiene la intención de aumentar la producción nacional de acero desde el 73% hasta el 80%, el nivel mínimo necesario para garantizar la viabilidad a largo plazo de la industria", señaló el secretario de Comercio.
El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, indicó que Bruselas ha dejado claro a Washington que estarían "muy preocupados" por unas medidas que podrían afectar a la industria europea. "Estamos preparados para reaccionar si nuestras exportaciones se vieran afectadas por unas medidas restrictivas de Estados Unidos", agregó Schinas, antes de confirmar que "no estamos en una guerra de precios".