Parte del Gobierno se inclina por mantener la prórroga de los Presupuestos y no aprobar unos nuevos para este año, conteniendo así las exigencias de los socios parlamentarios -especialmente de Ciudadanos, en alza en las encuestas- y controlando el gasto en un ejercicio en el que está previsto que España salga del procedimiento de déficit excesivo europeo. Fuentes del entorno de Alberto Nadal, secretario de Estado de Presupuestos, confirman a elEconomista este extremo e inciden en el factor tiempo: no tiene sentido presentar el anteproyecto de Presupuestos más allá de la primera semana de abril y que las Cuentas no puedan entrar en vigor hasta bien entrado el verano.
Incluso el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, parece avenirse poco a poco a esta tesis. Hace unos días cuestionaba a elEconomista la actitud de Ciudadanos respecto a los Presupuestos, "sacándose de la manga" la dimisión de la senadora del PP señalada por el caso Púnica, Pilar Barreiro, cuando el acuerdo de las Cuentas Públicas estaba cerrado en septiembre. Sonrojo le produce también que el PNV diga ahora que si no hay pacto presupuestario se debe a la nula sintonía entre PP y C's, cuando los nacionalistas vascos no se mueven ni cambian de posición "hasta que no se acabe la aplicación del artículo 155".
No es de extrañar, por tanto, que el propio Montoro haya deslizado en sus encuentros con colectivos y sindicatos que la opción de mantener la prórroga durante todo el año es factible. Algunas de las medidas anunciadas en los últimos tiempos por el Gobierno, como el incremento del salario a los funcionarios, se aprobarían por Real Decreto para evitar la parálisis.
El escenario parlamentario actual y por ende el parón legislativo no frenará al ministerio en los trabajos preparativos para fijar el techo de gasto de 2019, que debe llevarse al Congreso en el mes de junio.
El país no se para
Pero, ¿puede un país vivir sin Presupuestos? ¿Puede aguantar con la prórroga de los anteriores? Según fuentes de Hacienda, los Presupuestos se pueden prorrogar "cuantas veces sea necesario en una legislatura". Podría, incluso, darse el caso de que se prorrogasen unos Presupuestos ya prorrogados. Nuestro país vivió en prórroga en 2016 por tener un Gobierno en funciones y por las dos convocatorias electorales consecutivas, y ello sin apenas coste económico. Otra cuestión es la valoración política de adoptar esa decisión.
Pero es importante saber que "el país no se paraliza, porque nuestras leyes tienen muchos mecanismos, y no ocurre lo que sí pasa en EEUU, donde sin Presupuestos, los funcionarios se tienen que ir a su casa", explican.
En España, la no aprobación de nuevas Cuentas para el año 2018 evita que se prorroguen los estados de gasto y la previsión de ingresos. Tampoco tienen cabida las subvenciones nominativas, que sirven para financiar cuestiones concretas. También sería imposible aprobar nuevas inversiones.
Sin embargo, la Ley de Presupuestos Generales sí contiene medidas para seguir legislando. Si hubiera alguna necesidad de especial urgencia, el Gobierno podría servirse de los reales decretos. Ahora bien: en materia tributaria, si se quiere modificar un tributo habría que esperar un pronunciamiento del Tribunal Constitucional, ya que la citada ley de Presupuestos no contempla ese tipo de modificaciones.
Así pues, la promesa de bajar el IRPF. que exigió Ciudadanos en septiembre pasado para llegar a un acuerdo que a día de hoy parece suspendido, se quedaría paralizado sin cauce de ley.
La tasa de reposición tampoco se podría fijar si no hay PGE. Sin embargo hay casos excepcionales, y aquí también cabe la opción del Real Decreto, doctrina que se podría aplicar en el incremento salarial de Policía y Guardia Civil. En el caso de las pensiones, éstas no se ven afectadas por la Ley Presupuestaria, ya que dependen directamente de la Ley de la Seguridad Social.
Mientras, en materia autonómica y de financiación, sin Presupuestos Generales no se actualizan las entregas a cuenta que reciben las Comunidades autónomas, complicando así su financiación.