A partir de 2019 las nuevas pensiones sufrirán un recorte automático al aplicarse el factor de sostenibilidad vinculado a la esperanza de vida. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, insiste en que no se verá mermada la pensión inicial, pero lo cierto es que los cálculos con los que trabaja ahora mismo el Gobierno contemplan una reducción inicial del 0,45%. A esta medida ya se suman otras como el retraso en la edad de jubilación, el aumento del cálculo de las bases de cotización y la cuasi congelación de la revalorización.
El factor de equidad intergeneracional, una de las partes en las que se divide el llamado factor de sostenibilidad, se introdujo en la reforma de las pensiones, tanto del 2011 como de 2013, con efectos retardados para su aplicación a partir de 2019. La medida es como una bomba con temporizador que supondrá una vuelta de tuerca a las pensiones, que en los últimos años ya han perdido poder adquisitivo.
El factor de sostenibilidad es uno de los pilares fundamentales para garantizar el sistema de pensiones futuro porque corrige el efecto del aumento de la esperanza de vida en el gasto individual por pensionista. El objetivo es repartir la pensión a todos sus años de vida desde la jubilación, es decir, la idea es que se cobra más o menos la misma cuantía total hasta la defunción, lo que implica una pensión menor al mes o al año.
De ahí el apellido largo que lleva este factor: equidad intergeneracional. En la teoría su entrada en vigor evitará que los nuevos pensionistas reciban una mayor pensión que las generaciones pasadas por el aumento de la longevidad.
Estimaciones del Gobierno
La patata caliente de la aplicación del factor de sostenibilidad le corresponderá al actual Gobierno. Aunque está definido el cálculo del mismo, el Ejecutivo tiene que esperar al dato definitivo de mortalidad de la Seguridad Social para sacar la esperanza de vida desde los 67 años.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, se ha apresurado a indicar que "no implicará una pensión inicial menor" porque el cómputo de la pensión depende de otros factores como los años cotizados y las bases de cotización.
Pero la entrada en vigor del factor de sostenibilidad significa un recorte de la pensión sí o sí. El propio Gobierno en el Programa de Estabilidad, que remite a Bruselas con sus previsiones económicas, incluye una estimación del impacto de esta medida en las nuevas pensiones.
Para ello utiliza las proyecciones de mortalidad de Eurostat, a falta de que el Gobierno publique las de cierre de 2017 (se tomará como referencia el lustro 2013-2017). "El factor de sostenibilidad pasa de un 100% del valor de la pensión de las nuevas altas en 2018 al 82% en 2060, en línea con una esperanza de vida a partir de los 67 años de 18,8 años en 2012 y de 22,8 años en 2060", indica. Es decir, para poner un ejemplo, alguien se jubile en 2060 verá como su pensión es un 18% más baja respecto a las personas que lo hagan en 2019, lo que implica un recorte anualizado del 0,45% en las nuevas pensiones.
¿Cómo se calcula?
La fórmula tiene en cuenta el documento de defunciones que debe proporcionar el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la esperanza de vida que elabora el mismo organismo y que parte de los 67 años. El factor de equidad intergeneracional se revisará cada cinco años con las nuevas referencias.
Algunas aproximaciones todavía son mucho más pesimistas. Los analistas de Bankinter creen que el recorte superará el 2% teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida publicado por Estadística. "Básicamente, si se espera que el pensionista viva un 5% más entonces su pensión inicial se reduce un 5%.Obviamente, este factor solo se aplica una vez a cada pensionista (al jubilarse) y afecta a la pensión inicial", explica Ignacio Zubiri, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad del País Vasco.
El experto explica que se utiliza las tablas de la Seguridad Social. Según ellas, la esperanza de vida a los 67 años pasará de 19,35 años en 2019 a 21,32 años en 2060. Esto equivale a un aumento de la esperanza de vida del 10,1%, que implica una rebaja del mismo porcentaje y que equivale a un recorte anual del 0,25%. Sin embargo, subraya que con la esperanza de vida basada en los datos del INE, la reducción podría superar el 16%.
Antiguos recortes
Desde 2014 las pensiones solo se revalorizan un 0,25%, lo que supone una congelación cuando no un recorte efectivo si se tiene en cuenta la evolución de los precios, como ha ocurrido 2017. Si como en 2014 y 2015, la inflación es baja o negativa, no implicará una pérdida de capacidad adquisitiva e incluso puede conllevar un aumento. Pero hay que tener en cuenta que el precio objetivo de la inflación se sitúa al 2% y el promedio en España en los últimos quince años es del 15%
La reforma del 2011 redujo las pensiones para la mayoría de los jubilados futuros. El retraso de la edad de jubilación puede tener un coste del 9%, según los cálculos de la OCDE. Mientras el aumento de los años para el cálculo de la base de cotización puede suponer un coste otro 10%, según Zubiri.