
La acumulación de procesos judiciales por el impulso de Artur Mas al proceso independentista le llevó ayer a hacer pública una decisión que dijo haber tomado antes de verano: dimitir como presidente del PDeCat.
Explicó que era su segundo paso al lado tras el dado justo ayer hacía dos años en favor de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat para contar con el apoyo de la CUP en la investidura. Pero, en rueda de prensa, Mas dejó claro que no deja la política: "No me retiro de la política, seguiré muy implicado y comprometido, con un papel más modesto, dentro del PDeCat".
Agregó que la vida es muy larga y no se sabe lo que puede pasar: "En el futuro ya veremos". En cualquier caso, su relevo al frente del partido lo toma una persona de su confianza: Neus Munté, hasta ahora vicepresidenta.
Dijo que su primer motivo para dejar la presidencia era evitar "limitar" el crecimiento de su partido tras los resultados "más allá de las expectativas" de Junts per Catalunya en las elecciones del 21 de diciembre. Argumentó que el calendario judicial era una razón secundaria, pero reconoció: "Ahora me he de concentrar en el calendario judicial porque no es fácil en absoluto".
En los próximos meses, Mas espera la ratificación del Tribunal Supremo de su condena de hasta dos años de inhabilitación para cargos públicos por organizar la consulta sobre la independencia de Cataluña del 9 de noviembre de 2014.
También está pendiente del juicio del Tribunal de Cuentas por el gasto público que supuso dicha consulta, y que debe afrontar con patrimonio personal. Asimismo, será investigado en la causa ampliada de los hechos del 1-O y deberá acudir a declarar.
En cambio, se desmarcó de la inminente sentencia del caso Palau, que se conocerá el lunes y en la que la extinta CDC -que se refundó como PDeCat en 2016- puede ser condenada por comisiones ilegales. Adujo que la investigación es anterior a su liderazgo del partido: "No he sido llamado ni como testigo, no estoy en este juicio". Agregó que su dimisión no es un mensaje a nadie y menos a Carles Puigdemont, porque respetará sus decisiones aunque no las comparta.
Precisamente ayer, Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn presentaron las credenciales para ser diputados en el nuevo Parlament, y los otros cuatro exconsellers huidos a Bruselas prevén hacerlo próximamente, según TV3, mientras que el conseller de Justicia cesado, Carles Mundó, anunció que volvía a su profesión de abogado. ERC le agradeció los servicios de su etapa política.