Renueva la cúpula del partido conservador, sin cambios en los ministerios clave
Theresa May ha acometido una remodelación con la que aspira a ampliar el potencial de apelación de los conservadores británicos, tras la debacle de las generales de junio, en las que perdieron la mayoría absoluta obtenida apenas trece meses antes. La primera ministra ha reconfigurado especialmente el organigrama orgánico, consciente de que la vulnerabilidad de su posición le impide grandes cambios en los ministerios más destacados.
Como consecuencia, a la continuidad cantada de los titulares de Exteriores, del Tesoro, de Interior y del Brexit, se contrapone el recambio al frente del partido, que en la tercera remodelación desde que May accediese a Downing Street en julio de 2016 estrena tanto presidente, el parlamentario Brandon Lewis, como número dos, James Cleverly, diputado desde 2015.
El proceso, que concluirá esta jornada, está diseñado para reafirmar la autoridad de la premier, después de que el varapalo electoral, en su estreno como candidata, le impidiese nombrar equipo a su gusto.
Es más, la principal apuesta de entonces, la de nombrar a Damian Green, amigo desde la universidad, primer secretario de Estado, tornó en tóxica tras la salida de este en diciembre, tras un escándalo nunca aclarado de consumo de pornografía en los ordenadores oficiales. El relevo era uno de los movimientos más esperados, pero May se limitó a cubrir la vacante en el Ministerio de Gabinete y no ampliar la responsabilidad a la de vice primer ministro de facto ostentada hasta el pasado mes por su más fiel aliado.
La maniobra es significativa, puesto que ha supuesto la promoción de uno de los más fervientes defensores de la permanencia en la Unión Europea que había en el Ejecutivo, el hasta ayer responsable de Justicia, David Lidington, quien hasta 2016 había asumido, de hecho, la cartera relacionada con asuntos comunitarios. Su posicionamiento como número dos en la práctica es, con todo, innegable, puesto que cubrirá a May, en su ausencia, en la sesión de control en el Parlamento, y presidirá hasta 20 comités interdepartamentales del Gobierno.
No en vano, uno de los aspectos ineludibles de la remodelación era mantener el delicado equilibrio entre partidarios y detractores del Brexit en el nuevo Ejecutivo. Downing Street, sin embargo, ha descartado las especulaciones que anticipaban el nombramiento de un ministro para un potencial escenario de no acuerdo en las negociaciones con Bruselas. El pronunciamiento oficial es que se saldarán con éxito, por lo que, públicamente, el Gobierno evita evidenciar que considere el temido escenario del precipicio.
Con todo, el impacto del referéndum sobre la economía es evidente. Ayer conocimos la ralentización del precio de la vivienda: en 2017 creció un 2,7 por ciento, menos de la mitad que en 2016. Además, el gasto del consumidor ha caído al menor nivel en un lustro, según los datos de Visa e IHS Markit.