La moneda es digital, pero la contaminación es muy real. La huella de carbono de la minería de bitcoin al año supera los 17.000 kilotoneladas de dióxido de carbono, según Digiconomist. Esta cifra se sitúa por encima del consumo anual de dióxido de carbono en 2015 de países como Eslovenia o Lituania y cercano al de Bolivia, y es superior al consumo de CO2 de Aragón o de País Vasco en el mismo año. El crecimiento de la popularidad de la criptodivisa y el espectacular auge de su valor pone en peligro en igual medida el medioambiente, dado el consumo eléctrico necesario para minar estos recursos digitales.
La minería consiste en la resolución de problemas matemáticos gracias a ordenadores, y el 'minero' más rápido en resolverlo logra el ansiado premio. Los problemas son cada vez más complejos, y el número de transacciones en bitcoins es creciente. Según estimaciones del estudio 'Bitcoin mining and its cost', si el volumen de transacciones por segundo asciende a 400, lo que supondría tan solo la quinta parte de lo que procesa Visa, "el proceso de minería consumiría 30.582 megawatios de electricidad por mes. Esta cantidad de consumo de electricidad excede el suministro de electricidad de muchos países europeos".
De hecho, Digiconomist estima que actualmente el gasto eléctrico en minería de bitcoin supera al de países como Dinamarca, Bielorrusia y Bulgaria, y supone más del 25% del consumo de energía de Holanda, el 15% de Australia o el 10% de Reino Unido. Y aunque algunos investigadores, como Marc Bevand, consideran que el Índice de Consumo de Energía del Bitcoin desarrollado por Digiconomist sobreestima el consumo energético entre 1,5 y 3,6 veces, lo cierto es que la huella de carbono va a más.
¿Pero cómo es posible que siga saliendo rentable el gasto de tanta electricidad? Todo depende de las condiciones en las que se produzca esa minería, y de que el valor de la divisa siga creciendo a un ritmo exponencial. La eficiencia energética de la tecnología empleada es fundamental, pero también el propio precio de la luz. Un estudio de la Universidad de Cambridge - en colaboración con Visa - apunta que el 58% de los mayores grupos de minería de bitcoins se ubica en China, seguido de un 16% en EEUU. Un análisis de la minería de bitcoins en China "muestra que las principales instalaciones de minería están concentradas en zonas remotas donde tanto la electricidad como el terreno son muy baratos. Una concetración significativa se observa en la provincia de Sichuan, donde los mineros tienen acuerdos con estaciones de energía hidroeléctrica locales para acceder a electricidad barata", señalan. En la misma línea se ubica el investigador Harald Vranken, que concluye en un ensayo que "ya que la minería de bitcoin es muy competitiva, sólo sobrevivirán aquellos mineros que empleen el hardware de minería más competitivo y se beneficien de los costes de electricidad más bajo".
Pero los pesimistas no confían en que la 'selección natural' de mineros estabilice o modere el consumo. En el lado más pesimista se encuentran postulados como los recogidos en un artículo de la revista Newsweek, que estimaba en noviembre que en el año 2019 la minería de bitcoin igualaría al consumo eléctrico de Estados Unidos, y en 2020 se pondría a la par con el consumo de energía de todo el planeta, siempre y cuando el bitcoin prosiga su ascenso meteórico y la producción eléctrica permanezca estable. ZeroHedge, también en noviembre, fechaba este empate con el consumo mundial en febrero de 2020. Y sin embargo parece imposible que la producción de electricidad pueda duplicarse en apenas tres años.
La reciente creación de futuros del bitcoin que cotizan en la bolsa de Chicago pueden incrementar más aún el interés por la minería del bitcoin, así como la previsible aprobación de un ETF basado en el valor de la criptomoneda. Un ETF daría a los inversores minoristas, así como a los institucionales, una manera fácil de invertir en bitcoins sin depender de poder usarlo para transacciones.
Por ello, los expertos advierten de la necesidad de evitar que continúe la tendencia al alza del consumo eléctrico para conseguir la famosa moneda virtual. "Aunque el sistema Bitcoin está completamente descentralizado, se necesita un mejor mecanismo de recompensa y procesos de minería energéticamente eficientes para reducir la huella de carbono global. Ya que muchos usuarios y comerciantes están adoptando bitcoins, el sistema debe incorporar un mecanismo alternativo para reducir el consumo de electricidad en el futuro", recomienda el investigador Sailendra Prasanna Mishra, de la Universidad de Texas en Dallas, en 'Bitcoin mining and its cost'.