
El pasado fin de semana, los republicanos en el Senado aprobaron sin grandes desavenencias su versión del plan de reforma tributaria, cuya factura sobrepasa los 1,4 billones de dólares. Un avance legislativo que sus colegas en la Cámara de Representantes materializaron el 16 de noviembre.
Sin embargo, la agilidad de los legisladores para lograr que el proyecto de Ley de Rebaja Impositiva y Empleo llegue al Despacho Oval antes de las navidades se enfrenta ahora a su prueba de fuego.
"Si bien se ha avanzado en la aprobación de un paquete final de impuestos, existe un último obstáculo antes de su promulgación: los dos proyectos de ley deben conciliarse y una sola versión debe aprobarse tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado", señala Michael A. Brown, economista jefe de Wells Fargo Securities. Es por ello que ambas Cámaras elegirán en los próximos días a los representantes que formarán parte del Comité encargado de limar asperezas entre ambas propuestas.
Uno de los principales puntos de fricción probablemente será la naturaleza temporal de los recortes tributarios del Senado. En el proyecto de ley de la Cámara de Representantes solo el crédito fiscal de 300 dólares a las familias tiene previsto expirar después de 2022, pero todos los demás cambios impositivos en los ingresos sobre la renta, incluidas las reducciones de los tramos de los siete actuales a un total de cuatro, serán permanentes.
Las rebajas del IRPF
Por el contrario, en la propuesta de la Cámara Alta, todas las rebajas del IRPF, incluida la deducción estándar, expirarán a finales de 2025.
En el Congreso se busca simplificar a cuatro los tramos del impuesto sobre la renta (IRPF). Así, las rentas más altas contarían con un gravamen del 39,6%, mientras que el resto se establecerían en el 35 po ciento, 25% y 12%. Sin embargo, el Senado mantiene siete tramos -como hasta ahora- con los ciudadanos de menos ingresos con un gravamen del 10% y las rentas más altas, del 38,5%. Entre medias se incluyen el 12%, 22%, 24%, 32% y 35%.
Otro de los escollos puede llegar del lado de la rebaja del impuesto de sociedades. Ambas Cámaras buscan reducir el gravamen desde el 35% actual hasta el 20%. Sin embargo, los republicanos en la Cámara de Representantes apuestan por su implementación inmediata en 2018, mientras el Senado retrasa su implementación hasta 2019.
Sin salir de los asuntos que repercuten a las empresas es importante destacar cómo los incentivos para la repatriación de parte de los cerca de 2,5 billones de dólares en beneficios que muchas de las multinacionales del país guardan en el extranjero también difieren. El Congreso quiere implantar un gravamen único del 14% para el efectivo y otro del 7% para los beneficios reinvertidos y otros activos ilíquidos. La propuesta de la Cámara Alta incrementa en medio punto porcentual cada uno de estos impuestos, pero las diferencias no quedan ahí y todavía son muchas las brechas por cerrar.