
El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Miquel Iceta, ha vuelto a abrir la espita de las quitas de deuda que tanto incomodan al Gobierno. Lo cierto es que, si Hacienda se aviniera a negociar el perdón a Cataluña de 52.500 millones, tendría que afrontar reclamaciones millonarias del resto de comunidades autónomas. Así hasta tener que hacerse cargo de una factura de más de 157.000 millones, que es la cantidad que hoy por hoy deben las regiones al Estado por los préstamos del FLA y la Facilidad Financiera.
Cataluña sería la máxima beneficiaria de una quita, ya que debe el 68% de su pasivo a Hacienda, según datos del Banco de España. Pero otras comunidades con serios problemas fiscales apoyan la medida y se beneficiarían enormemente de un posible perdón. Es el caso de la Comunidad Valenciana, que debe al Estado más de 35.000 millones; o el de Andalucía (más de 24.000 millones). Incluso otras regiones saneadas, como Castilla y León, se muestran dispuestas a debatir el asunto siempre que todas las regiones puedan beneficiarse.
La factura de abrir esa vía es tan elevada que el gabinete de Cristóbal Montoro se niega a contemplar como viable la petición de Iceta. Primero, porque cree que cualquier tipo de iniciativa de ese tipo debe abordarse desde la multilateralidad "y nunca a través de una solución unilateral con una sola comunidad autónoma". Y segundo, porque condonar deuda "enviaría una señal muy preocupante a los mercados".
Cabe recordar que las quitas, al menos en el mundo desarrollado, se han aprobado a cuentagotas y en casos excepcionales como el griego, país cuya calificación soberana ha pagado con creces el perdón de intereses o el alargamiento de plazos en devoluciones de préstamos.
Estudiar medidas de alivio
A lo que Hacienda no se niega, siempre y cuando el asunto se aborde en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera, es a "estudiar" la manera en que el enorme pasivo de algunas automomías "puede afectar a sus perspectivas económicas o a su vuelta a los mercados financieros". Una frase en clave pero que deja entrever la disposición de Montoro a estudiar más fórmulas de alivio para las regiones, que acumulan una deuda de 286.000 millones. El momento propicio es ahora, justo cuando el Gobierno ha relanzado el debate sobre la financiación autonómica, parado a raíz del desafío soberanista catalán.
En este sentido, fuentes del Ministerio recuerdan a elEconomista "el enorme ahorro de intereses" que el FLA ha propiciado a la administración autonómica, cifrado hace sólo unos meses en más de 47.000 millones de euros, gracias a los bajos intereses exigidos en los préstamos habilitados desde el año 2012.
Funcas corroboró este jueves esa versión a través de sus Cuadernos de Información Económica, recordando que las regiones con mayores problemas se han financiado "salvo excepciones, a tipos inferiores al 1%" frente al 2,4% de media del Tesoro.
Un modelo acordado
La condonación -o no- de deuda "debe ser debatida en el seno de la reforma de financiación", señaló el jueves el ministro Montoro. Desde su departamento explican que el equipo técnico del Consejo de Política Fiscal comenzará a discutir ya tanto el documento que los sabios elaboraron para la reforma como las conclusiones que las regiones han remitido al Ministerio.
El Gobierno está interesado en finiquitar el asunto cuanto antes con apoyo del PSOE. Este jueves, el presidente Mariano Rajoy urgió desde Costa de Marfil a definir "un modelo acordado y entre todos".
Fuentes del PP aseguran que el presidente quiere que se pise el acelerador sobre este asunto y retomar la iniciativa en el seno de una nueva Conferencia de Presidentes que podría tener lugar en el primer trimestre del año. Todo depende, también, de lo que suceda el 21-D, aunque Moncloa está incluso dispuesta a suplir a Cataluña si no vuelve a los foros "de los que se fue" para no frenar que haya un nuevo marco financiero para el resto de regiones.