
Albinen es un pequeño pueblo situado al sur de Suiza, en plenos Alpes, y que corre el riesgo de quedar despoblado si la tendencia migratoria continúa. En la actualidad tan sólo viven 240 personas, y aunque nunca ha sido una localidad muy poblada, esta es la cifra más pequeña de los últimos 200 años, lo que está motivando a la autoridades a ofrecer dinero a quien se vaya a vivir allí. | Eichstätt, el pueblo alemán con un 1,3% de paro, busca trabajadores con "desesperación"
Como informan desde le diario británico The Independent, los residentes de esta pequeña aldea Suiza votarán para ofrecer dinero a los extranjeros que se trasladen allí.
La gente se marcha
La propuesta llega tras el éxodo en los últimos años de de residentes fijos de Albinen, cerca de Leukerbad en Valais. Muchas de las casas en este pueblo idílico se utilizan como casas de vacaciones y para turistas que buscan tranquilidad.
Tres familias han abandonado el pueblo recientemente y la pérdida de ocho alumnos puede significar el cierre definitivo del colegio, según ha comentado la agencia de noticias nacional suiza ATS.
Las familias que decidan comprar o construir una casa en el pueblo podrían recibir un pago de 25.000 francos (21.530 euros) por adulto y 10.000 francos (8.612 euros) por niño, según el boletín del pueblo. A una familia con cuatro miembros se le podrían ofrecer 70.000 francos (60.000 euros) por hacer el cambio.
Pero hay condiciones asociadas a este 'regalo'. Los posibles residentes deben ser menores de 45 años y deben permanecer durante al menos diez años en el pueblo. La casa que compren o construyan debe valer al menos 200.000 francos (130.000 euros) y debe ser su residencia principal.
La propuesta se votará en referéndum el próximo jueves 30 de noviembre. Beat Jost, alcalde del municipio, ha asegurado que las segundas viviendas o los grupos inversores que trabajen con complejos residenciales deben mantenerse al margen, porque no cumplen los requisitos de este plan.
Además, "cualquiera que se mude pocos años después de haber llegado al pueblo deberá devolver el dinero", señala el alcalde.
Para poder cumplir con esta propuesta, el municipio creará un fondo en el que se ingresarán 100.000 francos cada año con ayuda de las instituciones que luchan contra la despoblación de los municipios alpinos. Thomas Egger, director del Swiss Working Group for Mountain Areas (SAB), asegura que la caída de habitantes en pueblos como Albinen es una problema nacional.