
En Italia el bienestar ha sido siempre algo muy importante. La salud, el estilo de vida y la dieta mediterránea son algunos de los pilares que permiten a los italianos presumir de tener la cuarta esperanza de vida más alta de los países desarrollados. Por ello, el Ministerio de Finanzas va a tener en cuenta hasta doce indicadores de bienestar a la hora de realizar sus presupuestos.
Ferdinando Giugliano, columnista de Bloomberg, cree que por todo ello el Gobierno de Italia va a ser pionero a la hora de usar estos indicadores de bienestar, que van desde la desigualdad de ingresos, hasta la obesidad, pasando por las emisiones de dióxido de carbono.
No obstante, "medir la dolce vita es complejo, pero más países deberían comenzar a considerarlo también. El crecimiento económico continuará siendo el principal indicador del éxito de un país por su precisión", destaca el columnista.
Aún así, este tipo de análisis que hace énfasis en el bienestar no es nuevo. Los intentos por medir el bienestar se remonta al menos a la época ex candidato presidencial de Estados Unidos Robert Kennedy: "El producto interior bruto no permite medir la salud de nuestros niños, la calidad de su educación o la alegría de su juego", aseguró Kennedy en un discurso en 1968.
Índices sin éxito
Desde entonces, los economistas han producido una larga lista de informes sobre el bienestar, el más famoso probablemente es el realizado por la Comisión Stiglitz-Sen-Fitoussi establecida por el gobierno francés en 2008. Sin embargo, hasta ahora esta información no ha tenido demasiada influencia en las decisiones de los gobiernos, que aún basan su formulación de políticas económicas principalmente sobre la base del PIB.
En Italia, uno de los mayores impulsores de la desigualdad es la brecha entre los jóvenes, cuyos ingresos han sido los más afectados durante la crisis, y los ancianos.
Este tipo de indicadores pueden ser vinculantes a la hora de tomar decisiones presupuestarias. Según Giugliano podría haber casos en que el gobierno esté dispuesto a seguir adelante con una política, incluso si esta reduce el crecimiento a corto plazo pero produce beneficios en términos de bienestar general. "Este nuevo marco brinda a los políticos la capacidad de exponer sus argumentos de manera formal y transparente", explica el columnista en Bloomberg.
Aunque esta medida aún no esta en marcha, Italia ya es uno de los países de la OCDE que cuentan con mejores indicadores en lo que se refiere a salud. La tasa de obesidad está por debajo del 10%, mientras que en países como España superan el 16% o en Reino Unido el 25%.
Las muertes por drogas también son de las más bajas del mundo, tan sólo 8 personas por millón fallecen por esta causa al año, frente a las 36,6 de España o a las 245 de EEUU. La tasa de diabéticos adultos es la menor de los países desarrollados junto con Estonia, al encontrarse en torno al 5%.