
Paralelamente a su desplazamiento a Berlín, donde se reunió con los líderes del Gobierno esperado en Alemania y participó en el Foro de Negocios franco-alemán de Les Echos y Handelsblatt, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, detalló su receta para reactivar la zona euro.
¿Es el momento oportuno de avanzar en Europa, vistas las reticencias de algunos en Alemania?
No es una cuestión de oportunidad, sino de voluntad. Y sé que es nuestra oportunidad para acelerar la integración europea.
¿Por qué?
En primer lugar, por razones mundiales. Existe una afirmación de las grandes potencias americanas y chinas, frente a ellas, Europa debe también afianzar sus intereses. El otro motivo es la aceleración del desarrollo tecnológico, por ejemplo, la inteligencia artificial. Debemos invertir masivamente en estas tecnologías. La tercera razón es la voluntad de los pueblos. En Francia, por primera vez en años, se ha elegido a un presidente francés que propone más Europa. Y aquí, en Alemania, tenemos una canciller con una experiencia considerable en Europa. Es una gran oportunidad. Francia y Alemania juntas pueden impulsar el proyecto de Europa que mejor defiende sus intereses.
El FDP ha sido elegido en base a un programa proeuropeo para la defensa y la migración, pero muy reticente al fortalecimiento de la zona euro. ¿Es preciso, por tanto, activar su intensificación?
Es preciso devolver el sentido a la construcción europea: soberanía, protección, estabilidad. El proyecto europeo está fundamentado en valores y no únicamente en cuestiones económicas. El proyecto relativo a la zona euro sigue siendo vital porque es el proyecto de integración de la moneda, lo más conseguido. Pero es preciso integrar las cuestiones de defensa de las migraciones: la protección de las fronteras, pero también el desarrollo de los países de emigración.
Dista de funcionar bien del todo...
Es mejorable. Es necesaria una mayor responsabilidad, cada uno debe respetar las reglas, si no la aventura común no es posible. Y más solidaridad, porque algunos pueblos, durante la crisis se han encontrado en una situación muy difícil, en particular España o Grecia.
¿Cómo va a lanzar este proyecto?
Es preciso proceder por etapas. Y consolidar la relación franco-alemana. Si conseguimos dirimir algunas divergencias, dispondremos de una base útil para debatir con el resto de nuestros interlocutores.
¿Es necesario un presupuesto de la zona euro? Un refuerzo del mecanismo de estabilidad (MES) que ya existe podría ser suficiente...
En mi opinión, no cumplen los mismos objetivos. Un presupuesto, más bien una capacidad presupuestaria común, puede servir a dos objetivos. El primero es la financiación de inversiones en tecnologías de ruptura que son muy onerosas para un sólo Estado. La segunda función es resistir a un impacto económico. El debilitamiento de un Estado debilita a toda la zona, y el coste final es más elevado.
¿Esto puede aplicarse a Francia?
Alemania debe comprender que asistimos a un cambio de mentalidad en Francia. Podríamos decir: "Debido a los errores cometidos por nuestros predecesores, superaremos el 3 por ciento de déficit en 2017". Al contrario, hemos adoptado decisiones difíciles para respetar el límite. La responsabilidad es la condición de la solidaridad.
Cumplimiento de la unión bancaria, armonización: asistimos a finales del año 2018 antes de abordar otros temas.
Esto no nos impide comenzar a debatir enseguida. Pero es preciso proceder por etapas. Decimos a nuestros amigos alemanes: no pasemos a la etapa siguiente hasta que la anterior se haya terminado.
¿Cuáles son estas etapas?
Propongo comenzar por la unión bancaria, la unión de los merados de capitales y la convergencia fiscal. A continuación sería el turno del refuerzo del MES. Wolfgang Schäuble había propuesto transformarlo en Fondo monetario europeo, podemos reflexionar sobre esto. Resulta útil tener al MES como red de seguridad. La tercera etapa puede ser la puesta en común de los recursos presupuestarios y una capacidad de respuesta en caso de crisis macroeconómica. La última etapa sería la creación de un ministro de Finanzas de la eurozona.
¿Cómo se adoptarían decisiones?
Es necesaria una visión compartida para el futuro de la zona euro a largo plazo. Esto puede ser objeto de un acuerdo global, es el motivo de mi desplazamiento a Berlín. Vengo a explicar nuestros puntos de vista a los interlocutores de la nueva coalición. Es importante ponerse de acuerdo en un marco global. Disponemos de un equipo dispuesto a debatir en Francia y un nuevo equipo en Alemania para debatir -por qué no- semanalmente.
Es la primera vez que un ministro francés viene a debatir a Berlín durante las negociaciones sobre una nueva coalición. ¿Asistimos ya a una nueva realidad política?
Estoy muy agradecido por la acogida que me han dispensado mis amigos alemanes. Agradezco esta apertura, es un gesto político que valoro en toda su magnitud.
Observamos proyectos industriales como Siemens-Alstom o PSA-Opel. ¿Considera posibilidades, por ejemplo, en el sector financiero?
No citaré sectores pero estoy convencido de que es esencial unir nuestras fuerzas. CRRC, el gigante chino del ferrocarril, ha copado todos los contratos americanos de 2016 y comienza a venir a Europa. No podemos permanecer con los brazos cruzados. Hemos apoyado la unión de Siemens y Alstom. Esto mismo puede hacerse en otros sectores. Hay que darse cuenta de que China no nos regalará nada, ni Estados Unidos. O alcanzamos el tamaño crítico a escala europea o algunos de nuestros sectores podrían desaparecer.
Hay pequeños Estados de la UE que cuando se encuentran en dificultades abren sus puertas a China y actúan después como un caballo de Troya en Europa...
A veces no tienen elección. Pero, efectivamente, supone un riesgo. Y precisamente por eso una mayor coordinación de nuestras políticas es indispensable, y por ello hemos defendido la idea de un control europeo reforzado de las inversiones en los sectores estratégicos. Unos no pueden tener éxito sin los otros. De otro modo, algunos Estados serían juguetes para las potencias extranjeras. Existen algunos actores mundiales que son extremadamente agresivos en los mercados europeos y que se aprovechan de las debilidades individuales. Tenemos que remediar estas debilidades por medio del refuerzo de la capacidad de acción colectiva.
El Estado francés quiere controlar Airbus. ¿Es preciso cambiar la gobernanza?
Hicimos una elección, que tanto Alemania como Francia tuvieran capital en Airbus pero que la gestión de la empresa dependiera del Consejo de Administración. Esto no nos impide asumir nuestras responsabilidades como accionista y como financiador. Cuando fui advertido de las sospechas de utilización fraudulenta de dinero en el marco de contratos de exportación, inmediatamente convoqué al presidente del Consejo, Denis Ranque.
Francia, Alemania y España son accionistas. ¿Cómo piensa influir en las decisiones del Consejo?
La prioridad es, por una parte, tener todas las garantías por parte de la dirección de Airbus de que el grupo ha adoptado las medidas necesarias para poner fin a eventuales maniobras fraudulentas, y velar para que la gobernanza de la empresa sea sólida para hacer frente a la situación. Denis Ranque se está ocupando de ello. La segunda es que Airbus pueda continuar desarrollándose y proyectarse en los mercados exteriores.
¿Enders goza de su confianza?
Bajo la dirección de Tom Enders, Airbus ha experimentado un gran desarrollo y ha cosechado éxitos comerciales. Tiene la confianza del Consejo de Administración.
Entrevista realizada por T. Madelin y T. Hanke para Les Échos.