Economía

Una recesión en Cataluña desbocaría el nivel de deuda pública española

  • Los expertos sitúan el pasivo hasta en un 120% del PIB
  • El efecto contagio frenaría el avance del resto de España

En el peor de los escenarios tras las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, Cataluña podría entrar en recesión. El riesgo se eleva si se enconan las posiciones independentistas en el nuevo Gobierno autonómico. Ya lo advertía hace unos días el Banco de España, que apuntaba a una contracción de la economía catalana durante los dos próximos años en caso de que la crisis política se prolongase en el tiempo. Y así lo corroboran expertos consultados por elEconomista, que advierten además de que el efecto contagio al resto de España puede ser especialmente negativo para la deuda pública española.

La incertidumbre prolongada en Cataluña puede paralizar las reformas pendientes e incluso forzar un adelanto electoral, lo que complicaría el panorama económico y echaría por tierra buena parte del esfuerzo de contención de la deuda pública.

Para el director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres, una de las claves es qué pasaría con la deuda pública catalana, que supera los 76.000 millones de euros, un 35% del PIB regional y un 27% sobre el conjunto de la deuda regional. De esa cantidad, un 70%, alrededor de 52.000 millones, es deuda con el Estado financiada a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). Si Cataluña declarase la independencia, el Estado podría verse obligado a asumir como propia la deuda contraída a través del Tesoro Público. Si a eso se suma una caída del tamaño de la economía (Cataluña supone un 19% del PIB nacional), la deuda pública española podría rondar el 120% del PIB, según cálculos de Torres.

Un auténtico crack del pasivo estatal, que ya alcanza uno de los niveles más altos de Europa, el 99,4% del PIB.

En este contexto, los expertos coinciden en que sería complejo mantener un crecimiento económico elevado en el conjunto del país el próximo año. En el horizonte, la previsión de que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés a partir de 2019, un elemento que sumará presión a las finanzas públicas.

Posibles resultados electorales

El abanico de posibles resultados electorales complica los cálculos a futuro. Por el momento, el desafío secesionista, la aplicación del 155 y la convocatoria de elecciones anticipadas con buena parte del antiguo Govern catalán acusado de secesión, ya se deja notar en las inversiones, paralizadas en espera de qué ocurrirá a partir del 22 de diciembre. A eso se suma la fuga de empresas de Cataluña que, si se agrava, puede llevar al traslado de los centros de producción, es decir, el abandono definitivo de territorio catalán.

Si ganan los independentistas y siguen con el desafío secesionista, el profesor del IEB, Miguel Ángel Bernal, augura una crisis mucho más seria. "Se produciría la continuidad del 155 y Cataluña podría entrar en recesión, afectando a España, pero no hasta el punto de arrastrar a la recesión a todo el país", opina este economista.

Más optimista se muestra el experto de la Universidad de Essex Javier Santacruz, que ve improbable el riesgo de recesión para Cataluña, ya que "aunque el componente de inversión y el de consumo público se hundan, las exportaciones y el consumo privado es muy difícil que se ralenticen".

Desde Funcas sí contemplan el riesgo de recesión, algo que en todo caso no veríamos a corto plazo. Torres propone una comparación con el Brexit. Salvando las diferencias, este experto apunta que un escenario de ruptura prolongado podría tener consecuencias similares o un peores. Cuando se votó la salida de Reino Unido de la Unión Europea, apenas tuvo efecto sobre la economía británica en el corto plazo. Sin embargo, a medida que pasan los meses, el Brexit ya se deja notar en la desaceleración de la economía, la caída de inversiones y la pérdida de empleos. "Y eso que en ese caso no se cuestiona la legalidad", apunta Torres.

Riesgo para las inversiones

Capítulo aparte merece el efecto de la crisis catalana sobre las inversiones. "Ahora mismo estamos en una primera fase en la que hay congeladas inversiones en Cataluña, sobre todo en el sector inmobiliario, lo que también afecta a España", indica el profesor Bernal.

Si el conflicto se enquista y no hay salida a corto plazo, se verían muy afectadas las inversiones internacionales, pero también las nacionales. Y es que en ese caso, el efecto trasvase a otras CCAA -empresas e inversiones que se marchan de Cataluña para ubicarse en otras regiones- sería menor.

En esas circunstancias, "puede que muchas inversiones se vayan a otros países como Portugal, Grecia, Estonia o Lituania. La caída de inversiones puede llegar hasta el 50%", indica Bernal.

El director de Coyuntura de Funcas apunta además a otro efecto negativo: "Si el riesgo país se eleva podría tener un efecto muy negativo en las inversiones y en la evolución de la deuda pública", advierte.

El riesgo para la economía se reduce en caso de que el resultado electoral del 21-D frene al independentismo, pero no desaparecería por completo. Otros expertos consultados señalan que la necesidad de afrontar una reforma de la Constitución para resolver el encaje catalán en el Estado español podría dejar la agenda reformista del país dos años en el limbo, lo que frenaría la recuperación.

Bruselas mantiene el optimismo

Pese a la crisis institucional y política que atraviesa España, la Comisión Europea mantiene la confianza en la economía española. Bruselas mejora su previsión de crecimiento una décima, hasta el 2,5%, para 2018, en comparación con sus previsiones de primavera. La cifra del Ejecutivo comunitario supera incluso los números del propio Gobierno español, que espera un aumento del PIB del 2,3% el próximo año.

El optimismo europeo se mantiene a pesar de que el riesgo con Cataluña existe, tal y como reconoció el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aunque "en este momento, el impacto es casi insignificante". Menos optimistas son en el Fondo Monetario Internacional, donde sitúan en positivo las perspectivas para España, pero advierten: "En el caso de prolongarse, las tensiones políticas en Cataluña podrían lastrar la confianza de la inversión y el consumo", según la economista jefe de la misión del FMI enviada a España, Andrea Schaechter.

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