La cifra del 0,56% ha sido remitida a Bruselas con información hasta finales de septiembre, por lo que parece que en esta ocasión el Ministerio de Hacienda, comandado por Cristóbal Montoro, sí va a poder presumir de haber encauzado las finanzas regionales.
El año pasado la consecución del límite del 0,7% se escapó por poco más de 1.000 millones. Este año, salvo desastre en el último trimestre, se firmará el primer cumplimiento de déficit regional que se recuerda desde que el agujero español se desmandó en 2009.
La hipótesis del cumplimiento ya la había trazado hace escasas fechas la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), haciéndose eco de cómo la financiación regional aumentó en 7.400 millones en 2016; y en otros 5.000 millones este mismo año. Pese a que el dato global autonómico es bueno, cabe recordar que se da por seguro el incumplimiento del Arco Mediterráneo (Cataluña, en último término, sí podría cumplir pero preocupa su deriva); Extremadura y Aragón. Y tampoco se puede olvidar que, si bien el déficit parece reconducido, queda mucho que hacer en materia de deuda, con cantidades que sobrepasan por primera vez los 280.000 millones.
El 3,1% se cumple
En cualquier caso, y con el cumplimiento regional, Hacienda da por hecho en la notificación remitida a la UE que el límite para todas las Administraciones, del 3,1%, se cumplirá. El boquete en las cuentas se situará en algo más de 36.000 millones, el equivalente, al 3,12% del PIB. Se da la circunstancia de que la gran responsable del desvío será la Administración Central.
El Estado, por las mayores transferencias a las autonomías y municipios en los últimos tiempos, acumulará un déficit de algo más de 19.000 millones, el 1,66% del PIB. La Seguridad Social, por su parte, bordeará un agujero de 17.300 millones, el 1,48%, y ello a pesar del préstamo de 10.162 millones transferido desde el Estado para soportar las 14 pagas de los 9,5 millones de pensiones que a día de hoy se pagan en este país. La otra Administración, la local, se volverá a erigir a final de año en la más disciplinada fiscalmente hablando.
Su superávit rozará el 0,6% del PIB, 6.747 millones según Hacienda, si bien en porcentaje será levemente inferior al que había registrado el año pasado. Con todos esos datos, España logrará entrar en el año 2018 a punto de bajar su desfase presupuestario del 3% y, por tanto, de salir del procedimiento de déficit excesivo que Europa le abrió en primavera de 2009. Hoy por hoy, nuestro país es el único, junto a Francia y a Reino Unido, que mantiene esa rémora entre los Veintiocho.
El más alto de Europa
Pese a que los buenos registros en materia fiscal van llegando, España acumuló en 2016 el mayor déficit fiscal de toda Europa, según los últimos datos que proporcionó ayer Eurostat. El déficit se encaramó al 4,5% con ayudas bancarias y al 4,3% sin ellas, y superó al de Grecia, al de Francia y al de Rumanía. Este año puede suceder lo mismo. Rumanía ya ha bajado del 3% y Francia se dispone a hacerlo a finales de este mismo ejercicio, por lo que las dudas residen en Reino Unido -a punto de dejar de ser socio europeo- y nuestro propio país.
En cualquier caso, el 3,1% de finales de 2017 supone casi una cuarta parte del registro con el que Bruselas abrió el procedimiento infractor, del 11,2%. Eurostat, a su vez, informó de que la deuda pública del año pasado se situó en 1,107 billones, el 99% del PIB. Este año ese pasivo, según el Ministerio de Hacienda, se incrementará hasta los 1,145 billones, bajando el porcentaje al entorno del 98%.
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