
El Fondo Monetario Internacional cerraba sus reuniones anuales con Christine Lagarde, directora gerente de la institución pidiendo a los países que inviertan más para reducir "las desigualdades excesivas". Con los funcionarios de la institución dando por válidas las subidas de impuestos, especialmente entre las rentas más elevadas, o el incremento del salario mínimo como herramientas para cerrar la brecha social, Estados Unidos, su mayor donante aprovechó la ocasión para arremeter contra el Fondo y el Banco Mundial.
"Más capital no es la solución cuando el capital existente no se asigna de manera efectiva", dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado, después de que el presidente del Banco Mundial Jim Yong Kim pidiera un aumento de la financiación para ampliar la misión de su institución para reducir la pobreza.
Durante la última Asamblea Anual del Fondo y el Banco Mundial, la administración estadounidense volvió rebajar el papel y la influencia de ambas instituciones poniendo en duda esfuerzos para expandir sus actividades. Además, el gobierno americano defendió su ataque a los pactos de libre comercio como parte de la agenda "America Primero" del presidente Donald Trump.
En este sentido, Mnuchin aprovechó sus intervenciones para infligir una crítica al punto débil de ambas instituciones: los salarios de sus principales funcionarios. "Vemos margen para una mayor disciplina presupuestaria, especialmente con respecto a la compensación y al presupuesto del Consejo Ejecutivo", dijo Mnuchin sobre el Banco Mundial. El presidente de la institución ingresó en el año fiscal 2016 un salario neto de 492.690 dólares. En el caso de Lagarde, su sueldo ascendió a los 494.660 dólares en 2015.
El secretario del Tesoro de EEUU criticó las burocracias del FMI y del Banco Mundial, calificándolas de ineficaces y sugiriendo que sus empleados están pagados en exceso, una visión que también comparten otros legisladores conservadores estadounidenses sobre ambas instituciones. En el FMI, los salarios rondan entre 31.290 dólares al año para los empleados de menor rango y los 400.730 dólares que puede ganar un director del departamento. En el caso del Banco Mundial oscilan entre los 25.700 dólares de un asistentea administrativo y los 411.600 director o vicepresidente ejecutivo.
Es por ello que desde hace tiempo EEUU lleva frenando el intento del FMI por incrementar sus recursos de crédito a través de una reestructuración de su sistema de cuotas. El año pasado, el Congreso de EEUU, controlado por los republicanos, vetó la medida, y el gobierno de Trump no parece dispuesto a dejarla prosperar.
"El FMI debe ser un defensor más enérgico de un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado", sentenció Mnuchin durante la reunión del comité rector del Fondo, donde insistió en que la organización capitaneada por Lagarde debe insistir en la forma en que los países "deben realizar ajustes para reducir los desequilibrios".
La presión estadounidense sobre el FMI y el Banco Mundial está dirigida a una variedad de países, entre ellos China, que recibe el mayor volumen de préstamos del Banco Mundial y tiene uno de los superávit comerciales más grandes del mundo. A la lista también pueden sumarse Alemania, Singapur, Corea del Sur y Tailandia.
Las diferencias estadounidenses con sus aliados no fueron explícitamente evidentes pero, entre líneas, la tensión fue más evidente. Lagarde y Kim insistieron en la necesidad de que los países apliquen reformas mientras el crecimiento global es sólido para hacer frente a la creciente desigualdad, especialmente en la economías más desarrolladas.
Pero en declaraciones a los comités directivos de las dos instituciones, muchos países dejaron en claro sus diferencias con EEUU. La mayoría dijo respaldar un alza de capital para el Banco Mundial. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble la calificó como "urgente". También fue duro con el tema comercial.
"Todos deberíamos estar preocupados por el lento crecimiento del comercio global y la mayor retórica en contra del libre comercio. Ambos son una amenaza para nuestra prosperidad económica común", insistió Schäuble. "Las medidas proteccionistas solo dañarán el crecimiento y a aquellos a quienes afirman proteger", agregó. En su declaración formal, China calificó de "lamentable" la falta de progreso en el aumento del capital del Banco Mundial.