
Si la espiral de tensión entre la Generalitat y el Gobierno central no deja de girar, las consecuencias para la economía catalana podrían ser fatales. "Cataluña sufriría el mayor impacto, posiblemente podría conducir hacia una fuerte desaceleración o tal vez incluso a una recesión", advierte un informe de S&P publicado ayer y que por primera vez plantea un escenario en el que la región podría afrontar al menos dos trimestres consecutivos de caída de su producción -es lo que se considera recesión técnica- incluso sin que se llegue a consolidar la independencia.
De hecho, la agencia descarta por completo que la independencia vaya a producirse y recuerda que una Cataluña soberana "no sería reconocida por ningún Estado miembro de la Unión Europea". Pero incluso sin separarse de España, la Generalitat podría encarar graves problemas financieros, dado el clima de tensión con Moncloa, en el caso de que se complique "la refinanciación completa y a tiempo de la deuda catalana de corto plazo o se reduzca la efectividad del apoyo financiero del Gobierno central".
En el peor de los escenarios que dibuja S&P, la región caería en impago y "podría verse forzada a retrasar los pagos con proveedores e incluso con sus propios trabajadores públicos". En este punto, el informe advierte de que los servicios públicos se pondrían "en riesgo".
"El riesgo de crédito más destacado que vemos en este momento es que las tensiones entre Cataluña y el Gobierno central, si no se controla, podría conducir a una disminución sostenida de la confianza de las empresas y los consumidores", explica la analista de crédito de S&P, Elena Iparraguirre. "Es especialmente en el caso de Cataluña donde el riesgo es mayor y la incertidumbre jurídica ya ha llevado a varias instituciones financieras y empresas a reubicarse a otros lugares de España", apunta.
Con todo, la agencia descarta que las tensiones -si no van a más- puedan provocar una rebaja en las calificaciones, aunque esta sería más probable en el caso de Cataluña, a la que ya tiene en "revisión negativa", mientras España mantiene BBB+ con perspectiva positiva. Sin embargo, apunta que la crisis política podría afectar al ritmo de crecimiento del conjunto de España, complicando el alcance de las previsiones.
En lo político, S&P cree que si Carles Puigdemont confirma que declaró la independencia, el Gobierno activará el artículo 155 de la Constitución y se convocarán elecciones autonómicas. Este contexto de incertidumbre podría llevar a una "sostenida caída en la confianza de las empresas y consumidores y a una potencial interrupción de los negocios", avisa la agencia.