A medida que van pasando los días aumentan las dudas sobre cómo será la jornada del 1-O. Las entidades independentistas y el gobierno catalán mantienen su estrategia para "movilizar" a la población.
La última campaña, que nadie se atribuye, pasa por tomar los colegios electorales. Oriol Amorós, secretario de Igualdad, Migraciones y Ciudadanía de la Generalitat, compartía ayer un tuit de un cartel en el que se instaba a la defensa "pacífica" de los colegios electorales y se instaba a que "todos" se concentraran desde las 7:00 de la mañana del domingo, hasta el escrutinio, en su colegio electoral, y se pedía su difusión.
Desde el pasado 11 de septiembre, el independentismo tiene en marcha una campaña de movilización, para presionar "tomando la calle" para apoyar el referéndum ilegalizado por el Tribunal Constitucional. El propio Govern, de hecho, insiste en que la votación está en manos de la "gente" y no de él, aunque sigue insistiendo en que tendrá garantías y sus socios políticos, la CUP, mantienen que es el Ejecutivo quien lo organiza.
No obstante, ayer, el propio portavoz de la Generalitat, Jordi Turull, no precisó cómo se va a garantizar el escrutino después de que la Sindicatura Electoral fuera disuelta tras la imposición de multas por parte del Tribunal Constitucional. En cuanto a los envíos de convocatorias para formar parte de la mesas, bloqueados también, Marta Rovira, portavoz de JxSí en el parlamento catalán, señaló que se estaban distribuyendo las notificaciones.
No obstante, previendo la movilización, la Fiscalía, según recoge EuropaPress, pedirá a los Mossos que precinte los colegios y que desaloje e identifique a todos los que se encuentren dentro de los centros antes del 30 de septiembre.
El fiscal también solicitará que vigilen la integridad de los precintos hasta las 21 horas del 1 de octubre, de que le informen de si se rompen, además de asegurar que no se constituyen las mesas.