
Los adolescentes actuales no tienen nada que ver con los de hace 40 años. Un nuevo estudio apunta que ahora es menor el porcentaje de jóvenes de 15 años que ha tenido sexo, bebido alcohol o salido sin sus padres que en los años 70. Además, también son menos los que trabajan.
La causa de que los jóvenes ahora tarden más en hacerse adultos no es que tengan más trabajo escolar, o que practiquen más actividades extraescolares, sino por el contexto en el que viven. Ahora los padres dedican más tiempo a sus hijos, debido a que las familias son más pequeñas, lo que permite destinar más dinero y atención a sus vástagos.
Además hay que sumar que la esperanza de vida se ha alargado, las tasas de natalidad de los adolescentes caído, por lo que es más fácil alargar la adolescencia. "Los adolescentes están creciendo más lentamente que antes", señala Jean Twnge, profesor de psicología de la Universidad de San Diego y autor principal del estudio, publicado en la revista Children Development y recogido por Quartz. "El comportamiento de los jóvenes de 18 años de ahora recuerda a los de 15 años de antes", asegura.
Los analistas llegaron a estas conclusiones después de estudiar siete grandes encuestas nacionales realizadas en Estados Unidos entre 1976 y 2016, que recogían la opinión de 8,4 millones de personas de entre 13 y 19 años de edad. Pudieron observar que esta situación se repite en todos los jóvenes, independientemente de su género, raza, etnia, estado socioeconómico o región del país, lo que da a entender que se trata de "un cambio cultural amplio", según el investigador.
Sexo más tarde
Uno de los ejemplos que apuntan en el estudio apunta que en 1991 el 54% de los estudiantes de secundaria ya había practicado sexo, un porcentaje que se reducía hasta el 41% en el año 2015. Este es uno de los hechos que pone de manifiesto que los jóvenes están retrasando el paso a convertirse en adulto.
Una de las dudas a las que se enfrentaban los investigadores es si las nuevas tecnologías estaban influyendo en este proceso de infantilización de los jóvenes, pero el estudio refleja que los cambios se iniciaron antes de que los smartphones se popularizasen.