
Baleares es la única comunidad autónoma que vería incrementarse su recaudación tributaria si entrase en vigor el modelo de financiación autonómica propuesto por el grupo de expertos al Ministerio de Hacienda a finales del pasado mes de julio. Fedea publica un informe elaborado por Ángel de la Fuente, uno de los sabios integrantes de esa comisión -fue propuesto por el Gobierno-, donde se exploran las implicaciones cuantitativas de dicha propuesta.
En el documento remitido este verano al Ejecutivo, los expertos apostaban por un sistema en el que las propias autonomías pudieran subir el IVA y los impuestos especiales de forma colegiada. Apostaban por homogeneizar sucesiones y donaciones y aceptaban mantener con algunos cambios o retoques el impuesto de Patrimonio, entre otras propuestas.
De acuerdo con el análisis que de este modelo hace el profesor de la Fuente, todas las comunidades autónomas, salvo Baleares, perderían recaudación en principio con el nuevo modelo. Las peor paradas serían: Cantabria, que dejaría de ingresar 113 millones de euros bajo los nuevos parámetros (recabaría un 38,7 por ciento menos); Aragón, que obtendría 215 millones de euros menos al año de los tributos cedidos (un 36,4 por ciento menos); así como Comunidad Valenciana, donde la recaudación bajaría en 598 millones de euros (descendería un 29 por ciento).
En el caso de Baleares, la comunidad, que es aportante neto en el actual sistema junto con Madrid, lograría ingresar 125 millones más. Esto supone un alza de la recaudación de 125 millones en relación a los últimos datos disponibles.
Negociación por la financiación
Precisamente ayer, el presidente, Mariano Rajoy, volvió a dejar claro que el Gobierno pedirá al PSOE que negocie el nuevo modelo de financiación porque el PP "ni quiere, ni puede" sacarlo adelante en solitario. Es un mensaje en el que se ha venido incidiendo a lo largo de los últimos meses desde el Ministerio de Hacienda.
"Con 137 votos no se aprueba un modelo de financiación autonómica, por lo tanto, en lugar de convocar manifestaciones, siéntense a negociar", aseveró Rajoy ante la Junta Directiva Nacional del PP. Desde su punto de vista, el cambio del actual sistema de reparto por el que se rigen las autonomías requiere del apoyo "como mínimo" de dos grandes partidos que, además, son los que gobiernan en la mayoría de las autonomías.
Un guante que recogió desde el PSOE el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, quien incidió en que el Gobierno "no puede escudarse" en que debe haber un acuerdo entre todas las autonomías para solucionar la situación porque "esto no va así".
En ese sentido, Puig pidió al Ejecutivo que no actúe solo como un árbitro ante las injusticias que presenta el actual modelo de financiación, sino que adopte el papel fundamental que le corresponde. Así lo aseguró tras una reunión con su grupo parlamentario para sentar las bases del nuevo curso político.