
El impacto del libre comercio se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los europeos, y también para sus gobiernos. Con tal ruido de fondo, el comercio ocupará una parte importante de la agenda para el próximo año de la Comisión Europea, según explicaron altos cargos comunitarios a elEconomista.
Su presidente, Jean-Claude Juncker, desgranará el próximo 13 de septiembre sus prioridades para 2018. En el apartado comercial, propondrá una vuelta de tuerca al control que Europa realiza de las compras protagonizadas por potencias extranjeras como China en sectores estratégicos de la Unión. Por una parte, presentará un reglamento con unas directrices para los países que preparan legislación nacional para filtrar la entrada de capital extranjero, como ha hecho Alemania. España ya cuenta con normas que otorgan amplios poderes al Gobierno para bloquear compras extranjeras.
También propondrá un mecanismo europeo para evitar que firmas europeas en sectores clave como el tecnológico caigan en potencias rivales.
Pero Juncker no quiere pasar exclusivamente un mensaje proteccionista, más aun cuando el libre comercio es visto como una de las fuentes de crecimiento económico europeo, y se quiere aprovechar el hueco dejado por EEUU debido al proteccionismo de Donald Trump.
Por ello, el luxemburgués solicitará a los estados miembros la luz verde para negociar con varios países. Aunque las fuentes no quisieron desvelar de qué países se trata, recordaron las conversaciones que tuvieron con los líderes de Australia, Nueva Zelanda o Argentina durante el pasado G20 en Hamburgo (Alemania). La profundización de la zona euro también ocupará un lugar destacado en el discurso, más aún cuando la llegada de Emmanuel Macron a El Elíseo ha situado este tema en la primera línea del debate europeo.