
El Rey Felipe VI regresa a España con los deberes hechos. La intención de la primera visita de un monarca español a Londres desde 1986 era clara: afianzar la relación con el país británico y garantizar la apertura económica y comercial una vez culminada la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Las sensaciones recogidas durante los diversos encuentros mantenidos a lo largo de tres intensas jornadas no pueden ser mejores.
Tras dos días dedicados a la política y la economía, la tercera jornada se centró el viernes en la investigación y la educación. Los Reyes Felipe y Letizia finalizaron su viaje con una visita al Instituto Francis Crick de investigación biomédica y otra a la Universidad de Oxford, donde el monarca dio el último de sus seis discursos, en un almuerzo ofrecido por el rector en Divinity School.
En una clara alusión a la europeidad de Reino Unido, Felipe VI, en inglés, destacó que el campus "ha contribuido a modelar el alma de Europa y de lo que hoy llamamos cultura occidental". Todo ello, "con la colaboración científica transnacional y el libre intercambio de ideas, así como la movilidad y la libre circulación del talento".
Asimismo, el Rey recordó que "España y Reino Unido se sitúan entre los países que más comparten sus estudios y avances científicos". "Tal es así", subrayó, "que Reino Unido es el segundo socio en colaboraciones científicas de España", y España el octavo socio en el sentido contrario.
La satisfacción del viaje quedó patente en el final del discurso: "Tengan la certeza de que no olvidaremos estos días, en los que hemos percibido la calidez del pueblo británico y sus instituciones hacia España. Como tampoco podremos olvidar que han sido posibles gracias a la generosidad de su Majestad la Reina Isabel y su familia".
Antes, a primera hora de la mañana, los Reyes habían sido despedidos por Isabel II y el duque de Edimburgo en el Palacio de Buckingham, donde fueron sus anfitriones las dos últimas noches.
Así finaliza una visita de Estado con la que España ha querido poner en valor las estrechísimas relaciones que existen entre ambos países, en los terrenos institucional, económico, cultural y científico, y la intención de que estás sigan creciendo a pesar del Brexit.
Ya lo apeló Felipe VI en la segunda jornada del viaje, en un encuentro empresarial organizado en Londres, con la asistencia de destacados dirigentes de ambos lados delCanal, ante quienes pidió que las negociaciones del divorcio "reduzcan al mínimo la incertidumbre" generada por el referéndum y garanticen que se minimizan "futuros obstáculos y barreras".
La intervención del Rey, justo cuando Londres y Bruselas están a punto de sentarse para la primera semana íntegra de negociaciones, con posiciones todavía alejadas, tuvo la vocación estratégica de aplacar los ánimos de los empresarios españoles, que se juegan decenas de miles de millones de euros en el país británico. No en vano, Reino Unido es un destino preferente de las inversiones españolas y uno de los países en los que más presentes están nuestras grandes empresas, presentes en numerosos sectores.