El interés empresarial en blockchain ha explotado en los últimos dos años. El modelo abierto de desarrollo de blockchains públicas, como Bitcoin o Ethereum, ha concentrado un gran comunidad de desarrolladores en todo el mundo. Sin embargo, en el mundo empresarial existe cierta preferencia, por ahora, a soluciones de blockchain cerradas o permisionadas caracterizadas por un pago, una membresía u otra forma análoga que sirva como instrumento para ganar dinero y también, cómo no, como experimento exitoso para desarrollar esta tecnología y experimentar al mismo tiempo.
Por eso a día de hoy podemos hablar de blockchains públicas (no permisionadas), privadas (permisionadas) e híbridas. Las soluciones desarrolladas desde el entorno empresarial han acuñado el acrónimo DLT (Distributed Ledger Technology) para diferenciarse de las basadas en la comunidad de desarrolladores públicas como Bitcoin o Ethereum citadas anteriormente.
Una red típicamente "pública" como Bitcoin o Ethereum podría usarse de manera "privada" si dicha red se despliega fuera de internet, por ejemplo en una intranet de empresa o una extranet con varias empresas. En este caso, el objetivo es usar la tecnología blockchain pública para adecuarlo a un ámbito privado, típicamente empresarial. Pero también se podría operar en un campo de interés público, controlado por una federación consensuada de grupos de interés u otros actores seleccionados. De todo esto vamos a hablar hoy con Manuel Polo, desarrollador con everis, y uno de los coautores del libro 'Blockchain: la revolución industrial de Internet', que explica por qué existen blockchains privadas y públicas, como se diferencian entre ellas y cómo están evolucionando.
¿Cuáles son las principales blockchains privadas y con qué propósito se han creado?
El propósito en general es hacer negocio (principalmente financiero), cumplir con requisitos legales como privacidad de datos de clientes, ampliar interoperabilidades creando redes distribuidas, y ahorrar costes transaccionales/operacionales/ineficiencias etc. entre muchos otros aspectos, aún por desarrollar.
Podemos citar como ejemplos la empresa Digital Asset Holdings que compró varias empresas que desarrollaban soluciones con bitcoin como base para crear una blockchain modificada para uso empresarial de activos digitales.
El consorcio bancario R3 que ha creado un proyecto libre llamado Corda pensado como DLT que, por cierto, está liderado por un ex desarrollador de Bitcoin, Mike Hearn.
Chain tiene otro desarrollo abierto para activos financieros llamado Chain Core que ha usado Visa para realizar una red de pagos y se encuentran ya en una nueva en fase de pruebas este 2017.
La iniciativa Hyperledger, que parte de la Fundación Linux, aglutina un consorcio de muchas empresas como Accenture, IBM, Intel, Hitachi, Fujitsu, y está desarrollando varios proyectos de manera abierta y múltiples usos.
Ripple es un caso interesante que se está haciendo hueco entre muchos bancos porque su tecnología está diseñada para mover crédito rápidamente haciendo conversión de divisas instantáneas de manera internacional, y ha promovido el estándar de comunicación entre libros contables (ledgers en inglés) denominados Interledger Protocol (ILP). Este último protocolo pretende ser un nexo de unión para mover valor entre blockchains privadas o públicas y otras redes posiblemente -como pudiera ser Paypal- de manera eficiente y transparente al usuario.
¿Por qué este auge de consorcios de blockchains privadas?
En mi opinión, como toda nueva tecnología -y especialmente esta que toca cimientos críticos en la sociedad como representa el valor y todo lo que conlleva- primero se observa de lejos y luego se van realizando aproximaciones para aprovecharla, experimentarla y conocerla. Tras ese estadio inicial y de manera natural surgen empresas y con estas, uniones. Y si tienen un punto central en común del que protegerse y tomar posiciones estratégicas, sobretodo en el caso crucial del sector financiero, pues más interés aún. Recordemos que con internet ya se han tocado, y por la línea de flotación, mercados como las telecomunicaciones, música y cine. Ahora ha llegado el momento de hablar del mercado del valor, el nexo de todo, y con este el de la confianza que se necesita para mover los hilos de la tela que representa en la sociedad actual internet.
Este año ha llamado la atención la entrada en escena de la Enterprise Ethereum Alliance (EEA) liderada por varios bancos y otras grandes empresas, entre ellos el Banco Santander y BBVA ¿qué es y cuál es su propósito?
La EEA tiene como objetivos sugerir implementaciones y desarrollos abiertos sobre el proyecto de blockchain pública que representa Ethereum, como base para que tenga sentido en un entorno empresarial donde no necesariamente -como ya hemos hablado antes-, se pueda trabajar con la blockchain públicas (ethereum en este caso). Cabe destacar una de las implementaciones surgidas dentro de EEA por parte de uno de sus integrantes, JPMorgan y llamada Quorum. Esta es la solución de blockchain "híbrida" para la recién anunciada blockchain española, Red Lyra, que permitirá tener por ejemplo contratos inteligentes "privados" entre dos empresas participantes de la red donde el resto no tiene por qué conocer determinadas transacciones privadas realizadas en otras públicas, visibles -por definición- a todos los usuarios.
¿Cómo crees que convivirán las blockchains privadas y públicas? ¿Alguna se impondrá en el mercado?
Por su puesto que ambas tienen sentido. De hecho es la forma natural de cómo ha evolucionado internet. Si echamos la vista atrás, recordaremos que arrancó como un proyecto militar de comunicaciones, desarrollándose después en las universidades y de esta forma abriéndose paso de manera pública. Sobre la red pública de internet podemos construir otras redes y aplicaciones públicas y privadas. La diversidad y posibilidades de internet, como substrato abierto, ha permitido toda una amalgama de servicios y aplicaciones que nos han llevado hasta aquí. Blockchain no deja de ser otra red desplegada sobre la infraestructura pública de internet, así que hay y habrá cabida para todo un ecosistema nuevo. La selección natural también aplica aquí y solo los más fuertes y adaptados que se extiendan y consoliden sobrevivirán.
Aquí me atrevo a lanzar un pronóstico, Bitcoin y Ethereum serán la base de un substrato público sobre el que soluciones privadas y públicas se desarrollarán, especialmente cuando se solucionen los problemas de escalabilidad actuales gracias a redes incorporadas sobre estas (Lightning Network en el caso de Bitcoin o Raiden en el de Ethereum). Para el caso concreto de pagos y transacciones de valor, Interledger puede consolidarse como nexo entre ambas.
Manuel Polo es coautor junto a Alex Preukschat del libro 'Blockchain: La revolución industrial de Internet' que publicó Ediciones Gestión 2000 (Grupo Planeta) el 23 de mayo de 2017 ya está disponible a la venta en Amazon.es. Las novedades se pueden seguir en @LibroBlockchain y LibroBlockchain.com.