Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ocupase la Casa Blanca el pasado 20 de enero, el aire proteccionista de sus propuestas comerciales han espantado a los defensores de la globalización. Su primera decisión como mandatario de la primera economía del mundo incluyó la salida del país del Tratado Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) y vino acompañado de amenazas de deshacer el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés).
De momento, todo hace indicar que Washington ha capitulado en estos menesteres y se dispone a revisar las condiciones de este acuerdo comercial a tres bandas con sus vecinos, México y Canadá, sin embargo los ataques del presidente contra estos países así como China, Japón o Alemania, siguen presentes en la mente de muchos. Las presiones de la Casa Blanca en foros internacionales, como el G-20, eliminaron las referencias al proteccionismo, una dinámica que preocupa y que la administración Trump justifica con su esfuerzo por alcanzar un comercio justo con otros países.
Dicho esto, EEUU ha sido uno de los grandes beneficiados de la interconexión comercial y el avance de la globalización durante las últimas décadas. En un nuevo análisis elaborado por el Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés), sus miembros, Gary Clyde Hufbauer y Zhiyao Lu han actualizado sus cálculos realizados en 2005 donde estiman la cantidad total con la que el país se ha beneficiado al mantener una visión abierta en términos comerciales.
Ambos expertos de este think tank con sede en Washington estiman que entre 1950 y 2016, la globalización ha generado una recompensa de 2,1 billones de dólares. Una cifra resultante de la expansión comercial fomentada por la liberalización, la mejora del transporte y las tecnologías de la comunicación. Esta suma se traduce en un incremento de 7.014 dólares en el PIB per capita.
Esta tendencia debería seguir beneficiando a EEUU si el país sigue manteniendo su apertura comercial. Hufbauer y Lu consideran que los beneficios potenciales de una continuidad en la liberalización comercial podría alcanzar los 540.000 millones de dólares en 2025, lo que incrementaría en otros 1.670 dólares el PIB per capita.
La administración Trump ha utilizado sus ataques contra la globalización y su defensa de una ideología más nacionalista para defender a los estadounidenses que han visto como millones de empleos manufactureros han ido desapareciendo durante los últimos años. Sin embargo, desde el PIIE, estiman que producto de la globalización se han perdido 156.250 empleos anuales dentro del sector manufacturero en los últimos 13 años, lo que representa menos del uno por ciento del número de personas que pierden su trabajo de forma involuntaria al año.
La recomendación de Hufbauer y Lu al gobierno estadounidense para por diseñar un plan de seguros por desempleo más generoso, programas de entrenamiento así como ampliar los créditos fiscales para ayudar a los empleados desplazados a reajustar sus necesidades y cualidades laborales al tiempo que se preservan los grandes beneficios resultantes de la expansión comercial.
