
Las Decentralized Autonomous Organizations (DAOs) son un concepto más futurista, pero no imposible, del ecosistema Blockchain que toman de referencia un modelo de organización en el que personas y máquinas toman decisiones para una organización, utilizando un protocolo definido en código y ejecutado en blockchain. El "poder" de decisión está, por tanto, distribuido entre todos los participantes con contratos inteligentes (los smart contracts en inglés).
Una DAO es la combinación de una de las visiones más complejas del ecosistema Blockchain en la que confluyen los smart contracts, las ICO para dar lugar a una organización descentralizada sin necesidad de directivos o empleados y gobernada por código según las necesidades y propósito de una DAO. Cristina Carrascosa de Influity, una de las coautoras de LibroBlockchain.com, explica cómo podría funcionar la organización automatizada descentralizada sin directivos, regida por contratos inteligentes.
¿Qué es una DAO (Decentralized Autonomous Organization) en el mundo Blockchain?
Partimos de la base de que la descentralización no es una tendencia nueva: la producción de contenidos en red o la prestación de servicios y entregas de bienes aunque confluyen en plataformas centralizadas por y para su difusión, aunque lo cierto es que gracias a Internet ya tienen un origen disgregado.
Una DAO es un vehículo societario en la que el centro de decisión o poder está completamente descentralizado, es decir, reside únicamente en manos de sus miembros. Así, los participantes en una DAO primero aportan fondos a cambio de tokens, y una vez finalizado dicho periodo, se convierten en pseudoaccionistas. La vida diaria y las decisiones del DAO se articulan mediante propuestas y votaciones con base en smart contracts, esto es, de forma automatizada. El consenso es el eje sobre el que pivotan las DAOs. Ejemplo de ello podría ser la contratación de un abogado, sobre la inversión de fondos en una Start-up...etc. En este sentido, las DAOs son en sí mismas juntas de socios y órgano de administración.
A grandes rasgos, una DAO es una sociedad aunque sin personalidad jurídica por el momento, descentralizada, donde el poder de decisión reside en todos y cada uno de los propietarios de tokens, y que elimina el elemento humano de su gestión para introducir contratos inteligentes, automatizando (existen también las DO) la mayoría de los procesos típicos de una sociedad tradicional. La tecnología se convierte en el eje central de estas nuevos instrumentos, por la firme creencia (sobre la que se basa la propia Blockchain) de que desproveer lo máximo posible del elemento humano a las mismas, aumenta de forma proporcional su eficiencia y reduce la posibilidad de fraude.
Recordemos que la explosión de la Blockchain coincide en un momento histórico en el que la sociedad percibe la decadencia de determinadas instituciones centrales, la crisis económica y política catalizada por el desarrollo de influencias como los wikinomics, y de la soberanía como algo que viene determinado por la elección de los individuos y no por sistemas normativos. En este sentido Blockchain es el cambio de paradigma de la confianza. Esta deja de ser un elemento imprescindible para la contratación o el mero intercambio, coincidiendo precisamente con una pérdida de la misma a nivel general. ¿Que supone ello? La posibilidad de establecer relaciones sin tener que conocerse previamente, y sin tener que confiar en la otra parte. Sin regulación, de forma pública, accesible e inmutable.
¿Tiene alguna relación el concepto de DAO con TheDAO que impactó el año pasado en la división de la comunidad de Ethereum?
Si, la tiene. The DAO fue un proyecto que lanzó el equipo de Slock.it con Stephan Tual a la cabeza con el objetivo de poder invertir en proyectos a nivel mundial. Algo así como una institución de inversión colectiva. Si lo pensamos bien, la DAO es actualmente el único sistema que permite a personas de todo el mundo confluir en una misma estructura de forma rápida (días), segura y sin existencia de barreras de entrada en forma de capital mínimo de inversión.
Durante su periodo de financiacion, The DAO logró recaudar 150 millones de dólares, de aproximadamente 11.000 participantes, convirtiéndose en el proyecto de crowdfunding más exitoso de la historia.
No obstante, ya durante este periodo de crowdsale se produjeron diversas manifestaciones en torno a la posible vulnerabilidad del código en el que estaba escrito el contrato inteligente que custodiaba los fondos.
Manifestaciones que fueron ninguneadas por el equipo de Slock.it, y que se confirmaron efectivamente, poco después, cuando un miembro de la DAO al que comúnmente se ha denominado 'el atacante', utilizó una vulnerabilidad de dicho código que le permitía utilizar retorcidamente el sistema de consenso propio de las DAOs para desviar fondos de la DAO principal, a una subDAO (o DAO hija) de la que solo él era miembro. Desvió unos 60 millones de dólares aproximadamente que no obstante quedaron congelados.
A pesar de ello, es importante señalar que el ataque a The DAO fue factible por un error en el código escrito por el equipo que lo creó, no por un defecto de la propia red de Ethereum, ni del sistema de DAOs. En el ecosistema Blockchain, y sobre todo en Ethereum, donde proliferan proyectos sostenidos por contratos inteligentes, es absolutamente esencial realizar auditorías de código, precisamente para evitar este tipo de sorpresas.
¿Qué aplicaciones se están imaginando para operar como DAOs?
Debo reconocer que el ataque a TheDAO causó un gran impacto en la comunidad Ethereum, provocando cierto recelo a la hora de crear nuevas actualmente. Conceptualmente, es un instrumento muy potente que además representa perfectamente los valores de la comunidad, pero creo que aún debe transcurrir un periodo de tiempo prudencial hasta que se promuevan nuevas DAOs tal y como lo fue TheDAO.
Lo que sí he podido comprobar, a pesar de todo, es que cada vez son más los proyectos de Blockchain que introducen elementos típicos de la gobernanza de las DAOs en sus sistemas, siendo el mecanismo de toma de decisiones a través del consenso uno de los más populares, dando lugar a una suerte de híbrido entre sociedades tradicionales y organizaciones descentralizadas hasta donde la legislación permite.
Las iniciativas que estamos viendo salir al mercado Blockchain ahora mismo, suelen comenzar por solicitar y aceptar financiación, recaudando sumas considerables, de hecho. Y para ello, se constituyen estructuras societarias ajustadas a legislación preexistente, lo que por otro lado es lógico desde el punto de vista de la gestión de fondos.
Una propuesta de DAO que conceptualmente sería interesante de explorar y que ha sido además propuesta por el gobierno local de algún país extranjero es el uso de una DAO para una mejor redistribución de la carga tributaria de los ciudadanos. Me explico: sirva de ejemplo un barrio de Madrid, en el que sus vecinos participan en una 'DAObarrio1'. Ante la propuesta de construir un parque a cambio de un aumento temporal de los impuestos de esos vecinos en concreto, se realiza una votación en la DAO y la misma sale adelante. De un lado, los vecinos reciben su parque, y de otro, el reparto de la carga contributiva se hace de forma más justa, pues solo pagan por el parque aquellos vecinos que presumiblemente vayan a utilizarlo más.
Suena futurista, pero en Brooklyn, sin ir más lejos, ya existe un barrio en donde sus vecinos intercambian los unos con los otros la energía solar que no utilizan a cambio de dinero, en la Blockchain, e implementa sistemas de la DAO para su gobernanza.
¿En el marco legal actual no es utópico que puede regularse una DAO si todavía no hay claridad sobre los smart contracts y las ICOs?
Es una pregunta que me formulan con frecuencia, y la respuesta es que no es utópico, sino la dinámica normal del sistema. Es decir, primero tiene lugar la innovación, y tiempo más tarde se aprueba su regulación, y todos asumimos ese impasse en el que los que se atreven a operar son los valientes, por eso es una cuestión que no inquieta a ninguno de los actores del entorno Blockchain. Sucedió con el crowdfunding, con la economía colaborativa y evidentemente sucederá con la descentralización, teniendo además en cuenta que es la tecnología más disruptiva de este último siglo.
Actualmente yo por ejemplo tengo la suerte de trabajar en un proyecto que aglutina elementos de la DAO, se ha construido sobre la base de smart contracts y está considerando la posibilidad de financiarse a través de una ICO. En España es cierto que puede ser utópico pensar que durante este año o incluso el que viene, vayamos a contar con un marco legal que nos aporte seguridad jurídica, pero lo cierto es que en otros países ya lo hay.
Y que tan solo el grueso de las criptomonedas que circulan actualmente en el mercado en Blockchain asciende a unos 10.000 millones de dólares, y no deja de aumentar, por lo que es razonable asumir que estamos ante una tecnología que supone una nueva forma de asociarse, financiarse y asumir compromisos contractuales, y que el diseño de un marco legal mínimo llegará, por la necesaria protección que merecen, entre otros, consumidores y usuarios.
Ahora bien, en mi opinión, para ello el regulador debe comprender los entresijos de la descentralización, técnicos y culturales. Existe ya un sector de la comunidad que habla de un nuevo cuerpo normativo la 'Lex Cryptographia' que se traduce en un nuevo sistema en el que el código sirva de mecanismo protector de las partes de una transacción que ni se conocen, ni tienen porqué hacerlo. Se complementan con la figura del escrow, muy popular en el mundo Blockchain y con los llamados oráculos, y se están convirtiendo en una especie de autoridad. Desde mi punto de vista, el regulador debería ahondar en esta perspectiva como primer paso.
Y no hablamos de Bitcoin como tal, sino de las características que hacen Blockchain, y, para mi, de Ethereum en concreto, lo es. El propio Oficial de Análisis de Riesgos de la ESMA ha reconocido que todavía es pronto para abordar una posible regulación sobre plataformas Blockchain, y la SEC, que hace un mes rechazó la aprobación del ETF de Bitcoin de los hermanos Winklevoss ha rectificado y ha decidido reconsiderar su decisión. Podríamos decir que por parte de las autoridades, estamos ante una primera fase, exploratoria de una tecnología que está en uso y avanza a un ritmo veloz.
Cristina Carrascosa de Influity, es coautora junto a Alex Preukschat del libro Blockchain: La revolución industrial de Internet. El libro lo publicará Ediciones Gestión 2000 (Grupo Planeta) el 23 de mayo de 2017 y ya está disponible en preventa con Amazon.es. Las novedades se pueden seguir en @LibroBlockchain y LibroBlockchain.com.