Economía

Montoro sugiere que sin Presupuestos no habrá nueva financiación autonómica

  • Las regiones también pueden quedarse sin 5.400 millones extra para este año
En la imagen, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendió ayer la aprobación de los Presupuestos de 2017 para que España siga creciendo y creando empleo a buen ritmo, con 870.000 nuevos afiliados desde las últimas Cuentas del verano de 2015. Mientras, este jueves se debaten en el Congreso de los Diputados las enmiendas a los Presupuestos, algo que se espera se convierta en un mero trámite para su aprobación.

En una intervención de casi hora y media, Montoro vinculaba ayer el sí de la Cámara Baja a una mejora de los fondos para las regiones, de 5.400 millones, y a la entrada en vigor en 2018 del nuevo sistema de financiación autonómica. "¿Van a poder explicar a sus ciudadanos que se oponen a este proyecto?", dijo el ministro, en tono duro, a la bancada del PSOE, que rechaza al texto del Gobierno en su totalidad.

Era la primera vez que el titular de Hacienda defendía los Presupuestos Generales del Estado (PGE) sin mayoría absoluta. Y por eso concilió dureza y mano tendida. Porque con los socialistas fue duro, al rememorar los tiempos de exceso de gasto y diagnóstico tardío de la crisis, allá por 2008. Pero también debió llamarles al entendimiento para que se sumen a los Presupuestos y, de paso, a una reforma de la financiación "que no va a salir sin el concurso de los grandes grupos".

Y es que el Ejecutivo sabe que cuenta con la ecuación necesaria para gobernar, pero la suma de PP, Cs, PNV y Coalición Canaria es tan exigua que cualquier error podría echar por tierra el presupuesto o cualquier ley de importancia. Pese a que Montoro dijo ayer eso de que "el Gobierno no se la juega", lo cierto es que hoy superará el trámite de enmiendas a la totalidad por empate a 175.

El diputado Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, clave para la mayoría absoluta necesaria para cuando los PGE sean devueltos a pleno desde Comisión, aún mantiene su enmienda a la totalidad a las Cuentas pese a su buena disposición a negociar y a que Moncloa da por sentado ese apoyo final.

A vueltas con el gasto

Muchos equilibrios tuvo que hacer también Montoro en la defensa de las grandes cifras de un Presupuesto que opta por la contención del gasto pero que, por contra, incorpora jugosos acuerdos para contentar a PNV, Ciudadanos, los partidos canarios y las autonomías.

Así, el ministro de Hacienda insistió en que este Ejecutivo "ha aumentado el gasto social", si bien omite que ese incremento, de casi 30.000 millones desde 2011, responde sobre todo a la partida de pensiones. Muchas otras se han quedado en el mismo nivel e incluso han bajado, como el duro golpe que han recibido las partidas de Sanidad y Educación. Malabarismos hizo también para defender los 8.900 millones que se van a dedicar a inversión, una cifra históricamente baja pero que sube un 46% respecto a lo ejecutado en 2016. La prioridad, de nuevo, el ferrocarril y obras como el Corredor Mediterráneo.

Por otro lado, Montoro defendió a capa y espada sus previsiones fiscales. "La recaudación hasta abril crece el 11 por ciento en términos homogéneos, lo que convierte en viable nuestra previsión de ingresos", explicó. "A nadie le está yendo mejor que a España en nuestro entorno. Crecemos el doble y creamos casi la mitad del empleo de la UE", dijo el ministro, recordando que las Cuentas también son necesarias para dejar el déficit en el 3,1%; aprobar la Oferta Pública de Empleo de 67.000 nuevas plazas; y perseguir la reducción de la deuda pública y los 20,5 millones de empleados de cara al año 2020.

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