Economía

Jean-Luc Mélenchon, el inteligente líder de la izquierda radical francesa

Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia insumisa. Reuters.

A sus 65 años Jean-Luc Mélenchon ha encendido el tramo final de la campaña francesa. Ya lo hizo en 2012 y esta vez sus posibilidades son mayores con los votantes de izquierda decepcionados por un Gobierno socialista escorado a la derecha.

Su posición ecosocialista contra la globalización y el militarismo cuenta con un importante apoyo. Mélenchon, actualmente eurodiputado, fue miembro del Partido Socialista y ministro del Gobierno antes de abandonar la formación. En 2008 fundó el Partido de Izquierda y en febrero de 2016, el movimiento Francia insumisa.

El líder de la izquierda radical ha hecho una campaña inteligente. Ha sabido movilizar al electorado menor de 35 años y encabeza el voto entre los estudiantes. Insiste en que el 60% de los franceses son ateos y que "ya está bien de hablar de religión", cortejando así a la comunidad musulmana.

Aspira a liderar un proyecto para federar a la izquierda y la revolución ciudadana. Es carismático y buen orador. Su equipo se ha apoyado en las redes sociales y las plataformas ciudadanas. Su canal de YouTube suele superar las audiencias de los grandes medios y sus consejeros inventaron un dispositivo para permitirle estar casi presente en varios lugares al mismo tiempo gracias a un holograma.

Sus partidarios gritan dégagez (fuera, largo) cuando habla del liberalismo, los banqueros, la corrupción o la UE. El deseo francés de que "se vayan todos" (degagisme) ha abierto un espacio a sus propuestas ?algunas razonables? pero en contra de los consensos reinantes.

Al beneficiarse de la transferencia de voto de Emmanuel Macron y el socialista Benoît Hamon ha conseguido incluso disputar a Marine Le Pen el liderazgo de las clases populares. Pese a criticar al establishment, afirma no querer salir de Europa y del euro aunque eso es lo que dice su programa si Bruselas se niega a renegociar los tratados. Trata de suavizar su imagen, al igual que hace Le Pen. Así ha cambiado La Internacional por La Marsellesa para cerrar sus mítines.

Una de sus fuentes es el programa del que fuera candidato demócrata en EEUU, Bernie Sanders. Mélenchon niega ser de extrema izquierda. Sin embargo la conexión con formaciones como Syriza, Die Linke y Podemos es clara. Los más acaudalados recuerdan con temor cuando François Mitterrand llegó al poder en los 80 y prometió nacionalizar los bancos. Mélenchon quiere hacer lo mismo con empresas de autopistas o proveedores de energía Electricité de France y Engie SA, aunque no los bancos. También quiere dar marcha atrás en la liberalización de los servicios públicos y telecomunicaciones.

Mélenchon considera a quien gana más de 4.000 euros al mes como rico, y quiere imponer un impuesto del 90% a quien gane más de 400.000 al año. Propone librar de impuestos las herencias por debajo de 130.000 euros por cada hijo, más subir los impuestos para mayores cantidades.

Chavismo a la francesa, según sus detractores

Sus detractores hablan de chavismo a la francesa. Cuestionan la viabilidad de su proteccionismo económico y critican su visión de la UE dirigida, en palabras de Mélenchon, por "ideólogos iluminados por un liberalismo absoluto".

Según sus defensores, no destruirá los fundamentos del orden democrático; lo que pretende es acabar con el régimen oligárquico producto de la hegemonía neoliberal.

El candidato de Francia Insumisa quiere convocar una asamblea constituyente para fundar la VI República. Su eslogan La Fuerza del Pueblo otorga protagonismo al ciudadano. Lo que unos defienden como participación popular es tachado por los otros de populismo. Su programa El Futuro en común consta de siete ejes, diez medidas emblemáticas y más de 350 medidas suplementarias. Fue adoptado en 2016 y pensado por el economista Jacques Généreux y la jurista Charlotte Girard.

Aspira a crear una tasa sobre las transacciones financieras. Es muy crítico con las instituciones europeas, si bien su escepticismo es menos extremo que el de Le Pen. Quiere cambiar el estatus del BCE para que preste directamente a los países miembros. En suma, renegociar los tratados y reformar el bloque.

En el aspecto laboral, abolir la reforma laboral de Hollande, rebajar a 60 años la edad de la jubilación, reducir la jornada laboral a 32 horas semanales, paralizar la liberalización de los servicios públicos y aumentar el salario mínimo interprofesional. Otros objetivos son abandonar la energía nuclear, construir centros de acogida para migrantes y legalizar la eutanasia.

Pretende poner en marcha un paquete de estímulo de 100.000 millones de euros para combatir la pobreza, mejorar los servicios públicos y proteger el medio ambiente. Prevé un gasto adicional de 173.000 millones de euros que, según él, generarán 190.000 millones de euros de ingresos adicionales, impulsarán el crecimiento en más de 2 puntos porcentuales a partir de 2018 y crearán más de 3 millones de empleos. Quiere limitar la remuneración de los ejecutivos. Estima que no debe superar en 20 veces la del empleado con los salarios más bajos.Según los sondeos se han recortado las distancias con Le Pen y Macron. Que Mélenchon o el conservador François Fillon pasen a segunda vuelta es difícil pero no imposible.

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