Economía

Martin Schulz, un candidato fresco pero con bagaje político para suplir a Merkel

Martin Schulz, presidente del SPD de Alemania y expresidente del parlamento europeo. Reuters.

"Tiempo para más justicia. Tiempo para Martin Schulz" es el eslogan que adornaba la sede del partido socialdemócrata alemán cuando Martin Schulz fue designado candidato a la cancillería.

Los vídeos corporativos difundidos hasta ahora por el SPD presentan al ex-presidente del Parlamento Europeo como un candidato fresco y con bagaje político frente al consabido desgaste sufrido por Angela Merkel tras 12 años como canciller y con varias crisis políticas internacionales a sus espaldas.

Las encuestas también sonríen a la nueva cara de los socialdemócratas, pues se afianza como opción clara para disputarle la victoria a una CDU que ha recuperado popularidad, pero a la que aún le siguen pesando las decisiones tomadas en materia de refugiados o su posición frente a la austeridad en la Unión Europea.

Aunque ahora dan marcha atrás y agilizan las deportaciones, refuerzan la vigilancia e invierten más en seguridad, los democristianos no tienen tan asegurada su victoria en unos comicios marcados por la irrupción de la extrema derecha de la mano de Alternativa para Alemania (AfD). Martin Schulz es un antiguo librero nacido en la localidad de Hehlrath (actual Eschweiler), en Renania del Norte-Westfalia, feudo tradicional de su partido y donde ganarán previsiblemente las elecciones el próximo 14 de mayo.

Antes, el SPD se midió el pulso en el Sarre, donde Merkel arrasó y dejó interrogantes sobre el denominado efecto Schulz. Hijo de un policía local, la naturaleza humilde de Martin Schulz le hace conectar perfectamente con la sociedad alemana, quien le ve como un político especializado en la UE, pero que conoce los problemas a pie de calle. Tanto es así que ya ha hablado de "corregir" la Agenda 2010 que aprobó su propio partido junto con los Verdes cuando Gerhard Schröder era el canciller de Alemania. Con esta medida se flexibilizó el mercado laboral, lo que ha provocado que haya siete millones de minijobs y ha aumentado la brecha entre ricos y pobres en el país.

En concreto Schulz ha hablado de alargar la prestación de desempleo para que no haya posibilidad de quedarse sin seguro médico si se ha perdido o finalizado un empleo, cosa que actualmente es posible tras el periodo de prestación, a no ser que se solicite la ayuda social o Hartz IV.Nadie discute que Schulz es un hombre de partido. Se afilió a las juventudes socialdemócratas con 19 años siguiendo con la tradición familiar marcada por su padre, también miembro de la misma formación.

Historia de esfuerzo

Su salto a la política profesional ocurrió al salir elegido como concejal de la ciudad de Würselen con tan solo 29 años, para más tarde llegar a ser alcalde de la misma tres años después.

Este cargo lo compatibilizó hasta 1998 con el de parlamentario europeo, en cuatro años en los que bebió de la conexión local y europea. Desde muy joven trabajó como vendedor de libros y dos años antes de ser elegido como concejal abrió su propia librería en la ciudad de la que luego sería alcalde. Pudo combinar sus responsabilidades políticas con la librería hasta que entró a formar parte del Parlamento Europeo, que luego también presidiría. En esta etapa es en la que, conforme a lo que dicen sus compañeros de partido, Schulz desarrolló su gran capacidad de aprendizaje.

Su historia es la historia del esfuerzo y aleja el mito de que para llegar a la alta política hay que tener varios títulos académicos superiores. En lo referente a este campo es antagónico a la figura de Angela Merkel, que es doctora en química cuántica. Los sondeos revelan cada vez más que el SPD ha acertado eligiendo a Schulz como candidato. A seis meses de la cita electoral su popularidad crece como la espuma y ya supera en un punto a Merkel en muchas encuestas y empata en intención de voto con los democristianos. La actual canciller sigue como favorita para repetir puesto según un 45% de los encuestados, mientras que el socialdemócrata le sigue con un 36%.

Tras salir elegido por unanimidad como presidente de su partido y darse su primer baño de masas, es indudable que Schulz cuenta con el pleno apoyo de su partido, para el que se ha convertido en una tabla de salvación. El SPD ha resurgido de su letargo electoral con su nuevo candidato y además se ha producido un estancamiento de la extremoderechista Alternativa para Alemania. Atrás quedan los desastrosos resultados regionales cosechados en varios estados federales de los que pensó que nunca se recuperaría.

El desgaste de su anterior líder, Sigmar Gabriel, polémico y controvertido, contrasta con la templanza de Schulz. El SPD ha movido varias fichas para colocar a su nueva figura. Sigmar Gabriel dejó su cartera en economía para ocupar exteriores y el socialdemócrata Frank-Walker Steinmeier, el político mejor valorado, se convirtió en el nuevo presidente de Alemania.

Si los pronósticos aciertan, Schulz podría ser el próximo canciller de Alemania, a no ser que su designación haya sido únicamente un suflé para los socialdemócratas. "Nunca subestimes el poder de Angela Merkel" se oye en los corrillos periodísticos de Berlín. Y es que la actual canciller ha logrado recuperarse de muchas estocadas en estos casi 12 años.

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