Economía

"A la inversión española en México no le hace mella Donald Trump"

Roberta Lajous (Imagen: Elisa Senra)

España y México conmemoran estos días el 40 aniversario de sus relaciones diplomáticas. Hablamos con Roberta Lajous, embajadora de México desde enero de 2014.

¿Cómo era la relación entre España y México antes de 1977?

México mantenía relaciones con el Gobierno de la República en el exilio. No obstante, por razones afectivas, y de la importancia de la población nacida en España que vivía en México, y viceversa, se seguía manteniendo una relación de todos los días. Pero no había una relación de Gobierno a Gobierno, y eso dificultaba, obviamente, el comercio y las inversiones.

Sin embargo, sí había una densa relación cultural...

Los españoles del exilio jugaron un papel importantísimo en la vida cultural, y económica, de México. Y en el desarrollo de las principales instituciones académicas.

¿Cómo se gesta el restablecimiento de las relaciones diplomáticas?

Lo explicó muy bien Marcelino Oreja en una mesa redonda en febrero. Contó que un día estando él en su despacho le dijeron que le hablaba el canciller de México, Santiago Roel. No lo podía creer. Roel le dijo que había de las dos partes el deseo de tener relaciones diplomáticas; que por qué no se reunían en un territorio neutro para explorar esta posibilidad. Entonces, don Marcelino nombró una persona de su absoluta confianza para que fuera a México y le contara qué era lo que México buscaba. Eso hizo mucho más fácil el primer encuentro, que se dio el 28 de marzo en París, en el hotel George V. Allí mismo, en un solo día, se intercambiaron las notas diplomáticas y quedaron establecidas las relaciones.

En los últimos años, el escenario político se ha vuelto más complejo en EEUU, en Europa, y también en España. ¿Cree que los cambios pueden alterar la sintonía entre España y México?

No, no lo creo, porque es una relación beneficiosa para las dos partes. Ambas economías son complementarias, y hay un grupo de población de doble nacionalidad que juega un papel de ancla de comunicación entre las dos sociedades. Y ellos reclamarían inmediatamente si las relaciones no fuesen buenas. De todas maneras hay una gran afinidad y un marco muy amplio en el contexto iberoamericano donde las relaciones entre México y España florecen.

Tras la elección de Trump, Mariano Rajoy se ofreció a EEUU como interlocutor; el presidente de EEUU ve a España como aliado preferente. ¿Cree que España puede reforzar su papel en América?

Acabo de acompañar al canciller Alfonso Dastis en su visita a México, donde se reunió con el presidente de la República, con el secretario de Economía, y con el canciller Videgaray. La actitud de Dastis fue muy positiva; él quería que su primera visita al continente americano fuera a México -no fue posible, por razones meteorológicas-, como fue el caso del rey de España. Dastis dijo claramente que él no tenía ninguna aspiración a hacer de mediador, porque México no lo necesita, México tiene un diálogo muy intenso con el Gobierno de EEUU, pero sí manifestó su simpatía y sobre todo su solidaridad en momentos complejos para México.

A pesar de ello, grandes empresas españolas prevén invertir más de 7.000 millones de euros en México en los próximos años.

No les ha hecho mella.

¿Cree que se va a mantener esta tendencia y que aumentará la inversión mexicana aquí?

Sí. Como le decía, las economías son complementarias. España tiene tecnología punta en energías renovables: está haciendo significativas inversiones en energía eólica y solar, que son mucho más atractivas después de la reforma energética del actual Gobierno de México. También en infraestructuras; México requiere todavía el desarrollo de carreteras, puertos, aeropuertos... En el sector financiero hemos visto la confianza de las grandes instituciones financieras, que no están asustadas, sino que confían en el futuro de México. En el caso de las empresas mexicanas, México tiene ya un número significativo de empresas globales -las multilatinas- que para crecer necesitan salir. Empezaron por Centroamérica y el suroeste de EEUU, luego en Suramérica y el Caribe? Y les interesa el mundo europeo. España constituye el lugar natural de llegada, porque de España hay que mirar no sólo al resto de la Unión Europea, sino también hacia el norte de África, donde algunas empresas mexicanas han basado su sede para desde aquí exportar hacia el norte de África y a Oriente Medio.

¿Diría que las relaciones entre México y España están en el mejor momento en el aspecto económico?

En todos. Yo diría que en todos.

Está en marcha la apertura de una Casa de México en Madrid, ¿cómo surgió la idea?

Hace 15 años se inauguró la Casa de España en México; la Alcaldía de la Ciudad de México le ofreció a la Embajada de España una casa histórica para que tuviera un centro de promoción cultural importante. Y desde entonces había sido una ambición de los embajadores de México en España replicar la experiencia, que incluyera una librería del Fondo de Cultura Económica, nuestra casa editorial. Cuando me reuní por primera vez con la alcaldesa Carmena se lo mencioné y le entusiasmó la idea. Revisamos distintos inmuebles y el de Alberto Aguilera nos enamoró, porque reúne las características para ser un gran centro mexicano en Madrid.

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