España no será capaz de recuperar el nivel de empleo previo a la crisis antes de cinco años y esto, en el supuesto de que la desaceleración de la economía no sea demasiado brusca y nuestro PIB pueda mantener un ritmo de avance en el entorno del 2% a lo largo de los próximos ejercicios. Este diagnóstico, en el que coinciden los expertos consultados por elEconomista, demuestra que en contra de lo que sucede en la eurozona, en España todavía existe un desfase importante entre la recuperación de la economía y la del empleo.
La economía española está a punto de recuperar los cerca de 100.000 millones de euros de producción perdidos por causa de la crisis, explica Raymond Torres, director de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). Este hito se logrará con toda probabilidad esta primavera, es decir, con dos años de retraso en relación al conjunto de la zona euro -si bien, en España la fase expansiva está siendo más intensa-. Sin embargo, no sucederá lo mismo en el caso del empleo.
Si la economía española consigue mantener un ritmo estable de crecimiento, nuestro país logrará recuperar los 20,5 millones de ocupados con los que contaba en 2007 (según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de ese año) allá por 2022. Los cálculos de Torres coinciden, entre otros, con los expresados recientemente por ManpowerGroup.
En uno de sus últimos informes la empresa de recursos humanos prevé que la ocupación avance este año un 2,3% anual, lo que permitiría crear unos 421.000 nuevos empleos. El cálculo del Gobierno es más optimista. De hecho, la semana pasada el ministro de Economía, Luis De Guindos, aseguró que el Gobierno elevará su actual cálculo de empleo. En el último cuadro macroeconómico, el Ejecutivo estimaba que el ritmo de avance del empleo sería del 2,4% este año y que únicamente se desaceleraría al 2,3% en 2017 y en 2018.
El documento elaborado por ManpowerGroup fía buena parte de la mejora del empleo este año al tirón del sector servicios. No es algo nuevo para nuestro país si tenemos en cuenta que del millón y medio de empleos que se han creado desde 2014, al menos 800.000 provienen de hostelería, turismo, servicios a empresas y transporte.

Pese a todo lo anterior, el director de Coyuntura de Funcas incide en que habrá que ver cómo se comporta este año el consumo de los hogares, sobre todo si tenemos en cuenta la pérdida de poder adquisitivo que para las familias ha traído consigo el repunte de la inflación. Los precios subieron un 3% por segundo mes consecutivo en febrero, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), y el nivel de inflación podría rondar el 2% al cierre del ejercicio.
Las reformas necesarias
Pese a la mejora de las cifras de empleo, que reconoce también la propia Comisión Europea, España necesitará tomar medidas en este ámbito si quiere garantizar que la recuperación del empleo se mantenga.
El pasado 22 febrero, las autoridades comunitarias ya dieron algunas claves en este sentido dentro del Paquete de Invierno del Semestre Europeo. Así, en su informe sobre España incidían en que el paro es todavía muy elevado, especialmente el juvenil y el de larga duración. Ponían además el punto de mira en la elevada temporalidad y en los efectos que ésta tiene a modo de segmentación del mercado de trabajo.
"La elevada brecha entre los costes de despido de un trabajador temporal frente a un indefinido es un desincentivo evidente a la contratación indefinida", sentencia también la Comisión.
Carlos Martínez, director general de IMF Business School, apuesta por una batería de medidas que permitan acercar lo máximo posible el horizonte de recuperación de los niveles de empleo precrisis. Para ello ve indispensable una rebaja de las cotizaciones sociales, dado que desde su punto de vista éstas nos restan competitividad frente otros países de nuestro entorno. Así, pone como ejemplo el 14% que pagan las empresas británicas, o el 20% de las alemanas, frente al 23% de las españolas.
Ésta ha venido siendo una de las reivindicaciones de la CEOE a lo largo de los últimos años. La patronal asegura que esa rebaja permitiría ganar competitividad y serviría de claro revulsivo a la contratación y a la creación de puestos de trabajo. Sin embargo, también choca de frente con la situación de déficit que arrastran las cuentas de la Seguridad Social.
Tanto Martínez, como Torres coinciden en la necesidad de reformar las políticas activas de empleo. El director del IMF Business School apuesta, en concreto, por imponer un modelo por el cual, haya una estrecha colaboración público-privada donde sean las empresas las que ofrezcan los cursos adaptados a sus necesidades.
Entre las medidas propuestas por los expertos estarían, además, apoyar a sectores que ayuden a cambiar el modelo productivo (innovación, competitividad, tecnología...); reforzar la actividad inspectora para atajar el empleo sumergido, así como adoptar medidas especiales enfocadas en los jóvenes y parados de larga duración, entre otras.