
Un estudio del Instituto de Investigación de Economía Aplicada (IAW) y la Universidad de Linz pronostica que la economía sumergida (o de trabajo "en negro") se reducirá en este nuevo ejercicio en Alemania por octavo año consecutivo.
En 2016 el porcentaje de los trabajos que obtuvieron remuneraciones no tributadas alcanzó el 10,8% del PIB y se prevé que este año baje hasta el 10,4%, lo que supondría un descenso a niveles no vistos desde 1995. A pesar de estos buenos pronósticos, la economía sumergida moverá en 2017 aproximadamente 330.000 millones de euros en Alemania. Son seis mil millones de euros menos que el año pasado.
La principal causa de que aún se den este tipo de trabajos en negro es un mercado laboral muy regularizado, pues, según estiman los investigadores, "cuando más regulado está un mercado, mayor es el intento por parte de los empleadores de evitar la normativa vigente a través de la economía sumergida", comenta el coautor del estudio, Bernhard Boockmann.
Una de las principales regularizaciones con las que cuenta el país germano es el salario mínimo de 8,5 euros (revalorizado hasta los 8,84 euros por hora desde el pasado enero), normativa que se incumple en ocasiones a través de remuneraciones irregulares por debajo de esta frontera. Los sectores donde más trabajos en negro hay son la hostelería, construcción, reparaciones (fontanería, pintores y electricistas) y el de los cuidados a ancianos y niños, especialmente.
El estudio aclara además el concepto de economía sumergida. No es simplemente la concepción primordial de trabajo en negro (sin factura o contrato y al contado), sino que también comprende aquellos contratos en los que se cotizan menos horas de las realmente trabajadas y cuya diferencia se percibe en efectivo.
En España, un 18,2% del PIB
Según datos del pasado noviembre ofrecidos por el Círculo de Empresarios, en España la economía sumergida alcanza un volumen del 18,2% del PIB, cota cercana a la italiana, que roza el 20%. La tendencia sigue en el caso español también a la baja, del mismo modo que la alemana e incluso la italiana. El mayor pico lo registran Bulgaria, Rumanía, Estonia o Grecia, que superan este 20% y hacen que la media global de la eurozona llegue a un 18,3%.
Al comparar estos datos lo que se deduce es que los países con mayores dificultades económicas a corto plazo y en los que la crisis golpea aún con fuerza, son los que mayor porcentaje de economía en negro registran. Esto supone un problema recaudatorio que hace que los Estados pierdan cada año miles de millones.