
El año pasado se crearon más de 100.000 empresas en España, el mayor nivel desde 2008. Más del 40% de los negocios que nacen opera en sectores cíclicos, como comercio y construcción. El tejido empresarial español refuerza de forma constante su capacidad de pago durante 2016.
Los vientos de cola que impulsaron la economía durante el año sin Gobierno, que fue 2016, también soplaron durante los últimos tres meses del ejercicio. De hecho, aun a la espera de que el presidente, Mariano Rajoy, fuera cerrando alianzas y diera visibilidad sobre su gobernabilidad, los empresarios no levantaron el pie del acelerador: continuaron aumentando sus plantillas, dando vida a nuevos negocios y reforzando su solvencia. Por ejemplo, los datos del Ecobarómetro muestran que el ritmo de contratación se aceleró en la segunda mitad del año. La tasa de incremento de plantilla, tanto en el tercer, como en el cuarto trimestre, superó el nivel del cinco por ciento en tasa interanual; sus niveles más altos desde el cuarto trimestre de 2015.
En paralelo, la creación de empresas se fortaleció en 2016. De acuerdo con datos de Informa D&B, el año pasado se crearon más de 100.000 en el conjunto de España, que es la cifra más alta desde 2008. Cataluña y Madrid han sido las dos comunidades autónomas más fértiles en creación de nuevos negocios, registrando más de un 20 por ciento del total de constituciones. Andalucía fue la tercera.
Respecto a la fortaleza del tejido empresarial, el Ecobarómetro muestra que ha mejorado de forma global durante el cuarto trimestre, consolidando la tendencia registrada a lo largo de todo el año. Así, la capacidad de pago se reforzó en el último cuarto de 2016 en todas las comunidades, con la única excepción de Ceuta (véase gráfico), mientras que por sectores solamente retrocedió en el de Transportes.
Esta mayor fortaleza se constató en el número de concursos registrados el año pasado, que cayó por debajo de los 5.000 por primera vez desde que comenzó la crisis y que no registraba una cifra tan baja desde 2007. Además, el porcentaje de grandes y medianas empresas que entraron en concurso el ejercicio pasado se redujo, al pasar del 2,68 al 2,13 por ciento del total. Fueron las microempresas (las que cuentan con menos de 10 trabajadores) las que acumularon el 82,76 por ciento del total.
"El fin de la situación de bloqueo político sin duda ha coadyuvado a la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales o de inversión y una mejora de la percepción de la coyuntura económica", explica José Antonio Teijelo, director de desarrollo corporativo y relaciones internacionales de Informa D&B.
La inversión, punto débil
A pesar de la fortaleza de la economía, no todos los datos son positivos. Aunque en 2016 se marcaron máximos en el número de empresas constituidas, en su conjunto recibieron menores aportaciones de capital que el año anterior. De hecho, la cifra de inversión fue la más baja desde 2009. No obstante, de este menor desembolso, en el que ha podido influir la caída de la inversión extranjera, se salva el sector industrial.
Durante el conjunto de 2016, según Informa D&B, se constituyeron empresas industriales con un capital un 26 por ciento más alto que en 2015. Asimismo, es uno de los sectores que registra una mejora más significativa en el Ecobarómetro.
En el cuarto trimestre, el industrial, ha sido el tercero que más ha mejorado, acelerándose respecto al trimestre anterior, cuando se situó en el cuarto puesto. Este proceso consolida a la Industria como uno de los cinco sectores empresariales (véase gráfico) más sólidos y solventes. Completan este grupo Sanidad, Comunicaciones y Servicios Empresariales.
Pendiente del Presupuesto
Otro sector que continúa dando síntomas de mejora es el constructor e inmobiliario, que, sin embargo, todavía se coloca en el vagón de cola en cuanto a solvencia. A pesar de que su reactivación es clara (es uno de los sectores que vio nacer un mayor número de empresas durante 2016), es el que todavía cuenta con peor nota en el Ecobarómetro.
La construcción es uno de los sectores en los que más pesa la falta de Gobierno y que vive pendiente de los Presupuestos de 2017. La expectativa de que las licitaciones se reactiven (y la notable mejoría del inmobiliario) se ha notado en el ritmo de contratación en la recta final del año, que impulsó su tasa de crecimiento interanual hasta el 8 por ciento.
Estos datos constatan que los empresarios vuelven a confiar en el sector tras años de depresión. En 2016, se invirtieron 2.400 millones en el capital de constructoras e inmobiliarias. Es una cifra un 7 por ciento menor a la del ejercicio anterior, pero la más elevada entre todos los sectores incluidos en el Ecobarómetro de elEconomista e Informa D&B. Si finalmente se cumplen las expectativas de los empresarios y la construcción afianza su recuperación, la capacidad de pago del sector también debería mejorar, aunque a corto plazo todavía necesita reforzarse mucho para acercarse a la media española.
"Si bien la mejora en los plazos de pago ha sido sustancial y continuada a lo largo de los últimos años, lo cierto es que aún estamos por detrás de los principales países de la zona euro, por lo que creemos que es uno de los puntos de mejora de la economía española en su conjunto", apunta Teijelo.
El ciclo vira completamente
El Ecobarómetro del cuarto trimestre demuestra que los empresarios confían en que la economía española va a continuar consolidando el cambio de ciclo. Además del sector comercial, que ya se ha reactivado por el aumento del consumo y que sigue siendo uno de los más prolíficos en creación de empresas, hay otros dos, eminentemente cíclicos, que mejoraron notablemente el año pasado: el de intermediación financiera y el educativo.
El primero, que engloba actividades de intermediación, pero también de seguros y fondos de pensiones, fue uno de los que, a contracorriente, sí que captó más capital el año pasado. Concretamente, los socios realizaron aportaciones por un importe un 11 por ciento más alto que en 2015. Además, en el último trimestre del ejercicio, aceleró las contrataciones y su capacidad de pago ya se sitúa por encima de la media española (véase gráfico).
Respecto al sector educativo, también fue uno de los que captó una inversión superior en 2016 a la de 2015 -concretamente un 38 por ciento más- y, además, ha sido uno de los que más aumentó su plantilla durante los últimos tres meses del año. Concretamente, la tasa de aumento interanual se situó en el 8 por ciento, frente al 6 por ciento del tercer trimestre.