
Sudáfrica acusa a los productores europeos de pollo de dumping y monopolio en su mercado doméstico. El Gobierno ha impuesto aranceles a las importaciones de aves de Alemania, Holanda y Reino Unido y amenaza con renegociar el acuerdo de libre comercio firmado el año pasado con Bruselas que afectaría a los cítricos y vinos españoles.
El aumento del proteccionismo no solo corresponde a Donald Trump con las andanadas contra México y China. También afecta a España y por extensión a la Unión Europea. A raíz de la firma del acuerdo de libre comercio entre Bruselas y Sudáfrica y otros cinco países africanos, celebrada el año pasado, el país acusa los productores de pollo europeos de vender por debajo del coste inundando su mercado con muslos, alas y pechugas más baratos que las piezas procedentes de las granjas nacionales.
No son quejas de granjeros y asociaciones empresariales solamente, la preocupación ha escalado hasta convertirse en unas de las prioridades para el Gobierno del país. El ministro de Comercio, Rob Davies, ha denunciado que el sector del pollo necesita aumentar su competitividad pero "no tendrá una oportunidad si las importaciones acaparan" el mercado doméstico.
El Gobierno de Sudáfrica impuso aranceles anti-dumping al pollo proveniente de Alemania, Holanda y Reino Unido en 2015, a pesar de la firma de libre comercio y desde diciembre hay un 14% adicional hasta que termine la investigación sobre prácticas de dumping en el pollo europeo.
El pollo es el rey del mercado de la carne con un 65% del consumo de Sudáfrica. Es el quinto mayor consumidor mundial de pollo por persona detrás de EEUU, Australia, Brasil y Perú y da empleo directos a más de 60.000 personas. El país se enfrenta a la disyuntiva de abrir una guerra comercial con su mayor socio comercial, la Unión Europea, o dejar caer al sector. Las importaciones de pollo han crecido hasta el 80% de las totales, gracias a los acuerdos comerciales, desde el 0,5% que se registraba en 2012, según la Asociación Avícola de Sudáfrica. La consecuencia ha sido para el mayor productor de pollos del país, RCL Foods, el recorte de 5.000 puestos de trabajo.
"Sudáfrica tiene uno de los mercados agrícolas más abiertos del mundo y está pagando el precio", explica Mike Schussler, economista jefe de Johannesburgo Economists. Además, la situación está agravada por dos años de fuertes sequías afectando al alimento de los pollos, principalmente elaborado con maíz.
La UE se defiende
La UE dice que sus exportaciones de pollo cumplan con las leyes comerciales y no hay razón para que Sudáfrica imponga aranceles. La acusación de dumping es un tema delicado para la UE, ya que el año pasado impuso impuestos fronterizos de hasta un 73% al acero chino. "Los problemas reales de la industria avícola de Sudáfrica no son tanto causadas por las importaciones procedentes de Europa, sino que están en su falta de competitividad", explicó Cecilia Malmstrom, la comisaria de Comercio de la UE, en una carta a su homólogo sudafricano ante sus acusaciones de vender por debajo del coste.
Davies comparte que los productores del país deben encontrar formas de aumentar la eficiencia, pero "el problema no se resolverá si las importaciones europeas toman el control del mercado".
Las acusaciones de dumping están basadas en el dato de que el precio de los pollos europeos es un 30% más bajo que el de los productores locales. Sin embargo, los granjeros sudafricanos denuncian que los costes de aves enteras son más bajos que el de los europeos, utilizando datos comparados de precios de la Universidad de Wageningen de Holanda y de la patronal de Pretoria de agricultores. Por su parte, los agricultores acusan a los sudafricanos de inyectar a los pollos salmuera y agua salada para aumentar el peso, según Cees Vermeeren, secretario general de AVEC, un organismo de comercio para los agricultores europeos de pollo.
Aprovechar el Brexit
El Brexit con la salida del Reino Unido de la UE ha abierto un nuevo frente para Sudáfrica en la guerra del pollo que no quiere desaprovechar. El ministro de Comercio considera que abre oportunidades para vender más productos agrícolas en Gran Bretaña.
Sudáfrica también tiene intereses estratégicos con las exportaciones de sus cítricos, y aquí entra en juego España. Davies denuncia que en los últimos años sus naranjas y limones han sido bloqueados en la frontera europea por culpa de los agricultores españoles que alegan riesgos de infección en sus cultivos, ha explicado Davies a Bloomberg.
"Reino Unido no tiene la sensibilidad de algunos de los países del sur de Europa que nos ven como competidores", ha declarado en referencia a la competencia entre el país africano y España en fruta y vino. Los dos países son los principales exportadores de naranjas y otros cítricos a nivel mundial y el país africano es séptimo mayor productor de vino del mundo.
Davies amenaza con renegociar las cuotas establecidas para determinados productos estratégicos para España que recogen el acuerdo de libre comercio entre Bruselas y los países africanos. "La mayor parte del acuerdo se mantendrá pero habrá nuevos acuerdos sobre algunos productos después de haberse completado el Brexit", advierte.