
Una nueva investigación sobre la desigualdad de la riqueza a lo largo de la historia muestra que desde el año 1300 hasta hoy, la desigualdad sólo se ha reducido de forma significativa tras la Peste Negra y la dos Guerras Mundiales. Durante el resto del periodo, la tendencia de fondo siempre ha mostrado un incremento de esta diferencia entre pobres y ricos.
Guido Alfani, profesor de Historia Económica en la Universidad de Bocconi en Italia, junto a otros investigadores, ha realizado un trabajo sobre la desigualdad económica en Italia y Europa entre los años 1300 y 1800. Esta trabajo sirve también para unir las series publicadas por el economista francés Thomas Piketty, que van desde el año 1800 hasta la actualidad.
La Peste Negra
Analizando las series de ambos economistas se puede ver como los únicos periodos de la historia en los que la desigualdad económica se ha reducido de forma sensible fueron precedidos de grandes catástrofes.
La primera gran caída fue tras la Peste Negra (a mediados del siglo XIV). Tras esta epidemia, el 10% de la población más rica del Viejo Continente paso de poseer cerca del 70% de todos los activos a algo menos del 50%. | Cuando los salarios se duplicaban en un abrir y cerrar de ojos: algunos efectos de la Peste Negra
Pasaron más de 300 años hasta que los niveles de desigualdad volvieran al nivel previo a la Peste Negra. Esta epidemia fue una gran catástrofe, sin embargo sus efectos a medio y largo plazo son más dudosos. La peste, posiblemente, obligó a Europa a innovar, a buscar formas de incrementar la productividad y a encontrar nuevos caminos y fronteras. La gran mayoría de campesinos que sobrevivieron a la Peste Negra siguieron trabajando en el campo, pero por salarios mucho más elevados.
Con la Peste Negra, el mercado laboral dio un giro radical que benefició directamente a los campesinos que lograron sobrevivir a esta epidemia, que se convirtieron en un tesoro para los grandes terratenientes. En Europa había muchas tierras que cultivar pero pocos campesino, por lo que la forma de atraer esa mano de obra escasa fue pagando salarios más elevados que otros terratenientes.
Por otro lado, tras las Guerras Mundiales se produjo otro descenso de la desigualdad muy relevante, que había llegado a los niveles más elevados desde que se tienen registros. En 1910, el 10% de la población más adinerada de Europa poseía un 90% de la riqueza, mientras que en 1950 tocó mínimos de esa época al retroceder ligeramente por debajo del 60%. Desde entonces, la desigualdad en la distribución de la riqueza ha recuperado la tendencia alza, tocando el 2010 el 64%.