Economía

Trump cumple con su promesa de transformar y dar prioridad a la política comercial de EEUU

Como prometió en su contrato con los votantes estadounidenses, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se puso el lunes manos a la obra para deshacer el legado comercial de su predecesor, el demócrata, Barack Obama. A golpe de orden ejecutiva, el nuevo inquilino de la Casa Blanca confirmó la salida de su país del Acuerdo Transpacífico, más conocido como TPP, por sus siglas en inglés. Un pacto orquestado por el gobierno anterior, que nunca logró ser ratificado en el Congreso, y cuya intención residía en eliminar tarifas comerciales con Japón, Canadá, México, Australia, Vietnam y otros seis países del Pacífico donde no se incluyó a China.

"Un gran logro para el trabajador americano, lo que acabamos de hacer", señaló Trump nada más rubricar su decreto que básicamente oficializó la decisión ya tomada por los republicanos en el Capitolio hace meses, cuando optaron por frustrar cualquier intento de la administración Obama por dar luz verde a esta iniciativa comercial. Una decisión "de la que hemos hablado ya mucho tiempo", dijo el presidente estadounidense mientras plantaba su firma en el documento.

Las reacciones entre los miembros más críticos de su partido no se hicieron esperar. El senador republicano por Arizona, John McCain tachó la decisión como "un serio error" que tendrá serias consecuencias para la economía y la posición estratégica de EEUU en la región. Aún así, otros legisladores, como el senador independiente, Bernie Sanders y el demócrata, Sherrod Brown, elogiaron la medida tomada por Trump.

Recordemos que Sanders, quien plantó cara a Hillary Clinton durante las primarias demócratas, fue un feroz detractor del TTP. Richard Trumka, presidente del AFL-CIO, el mayor sindicato del país, alabó la decisión de Trump al tiempo que incidió que "este es un primer paso hacia una política comercial que funcione para la clase obrera". Durante la sesión de firmas del lunes, Trump también aprobó la congelación de las contrataciones públicas federales, salvo en la fuerzas armadas, y eliminó las ayudas a organizaciones no gubernamentales que promocionen o financien el acceso a abortos en el extranjero.

De esta forma, el mandatario continuó cumpliendo con sus promesas de campaña a la hora de transformar las relaciones comerciales de la mayor economía del mundo. El domingo, Trump adelantó que dialogará con sus homólogos en México y Canadá, Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau, para comenzar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, también conocido como NAFTA, por sus siglas en inglés). Eso sí, de momento, el presidente no incluyó dicho tratado en ninguna de las órdenes ejecutivas aprobadas desde el pasado viernes, cuando dio luz verde al desmantelamiento del Obamacare.

Mientras Trump recibirá el próximo 31 de enero a Peña Nieto en Washington, está previsto que Jared Kushner, su yerno y ahora miembro de su administración, se reúna el martes en Calgary, Canadá, con Trudeau. El embajador canadiense en EEUU, David MacNaughton, reconoció ayer que los intereses bilaterales entre ambos países son una prioridad por lo que algunas de sus futuras relaciones comerciales con su vecino "no tienen que estar incluidas dentro del NAFTA".

El presidente de EEUU, quien este viernes recibirá a la primera ministra británica, Theresa May, en la Casa Blanca donde se espera que ambos afiancen sus relaciones comerciales ante la próxima llegada del Brexit, mantuvo a primera hora del lunes un desayuno con numerosos empresarios estadounidenses. Entre ellos destacaron, entre otros, el consejero delegado de Ford, Mark Fields, o su homólogo en Tesla, Elon Musk. También estuvieron los capitanes de Dell Technologies, Whirlpool, Johnson & Johnson, Lockheed Martin, Dow Chemical y U.S. Steel.

En dicho encuentro, Trump prometió recortes "masivos de impuestos para la clase media" y reducir las regulaciones gubernamentales en al menos un 75%. En este sentido dijo que las normativas "están fuera de control" y aunque se describió como un amigo del medioambiente, "algunas de esas cosas hacen imposible poder lograr algo". "No habrá ningún país que vaya a ser más rápido, justo y mejor", recalcó mientras incidió en que "impondrá una gran impuesto fronterizo" a las compañías que trasladen sus operaciones a otros países.

El presidente se reunirá hoy también con líderes sindicales así como con el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan y otros líderes del Capitolio.

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