Economía

China saca pecho en el Foro de Davos como la gran defensora de la globalización

  • El Foro Económico Mundial de Davos arranca hoy y dura hasta el viernes
  • Xi Jinping es el primer presidente que acude ante el giro de EEUU

Si se quiere pasar un mensaje a los que mueven los hilos del poder y el dinero, el Foro Económico Mundial de Davos ofrece los decibelios suficientes como ningún otro lugar en la tierra. La restringida reunión representa, al mismo tiempo, un elocuente medidor del estado de las relaciones del planeta, y de los riesgos y desafíos que encara.

La cita de este año, que arranca hoy lunes y durará hasta el viernes, está marcada por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la esperada salida de EEUU de la sala de mandos de la globalización y el multilateralismo. Al mismo tiempo, ofrecerá el escenario para a irrupción de China para ocupar ese vacío.

Xi Jinping será el primer presidente chino que se acercará mañana hasta el centro de congresos de la localidad alpina. El mensaje para los primeros espadas del planeta lo trae ensayado: la comunidad global puede contar con la primera economía del planeta para mantener la globalización engrasada (a pesar de la guerra comercial que mantiene con Europa y EEUU) y el multilateralismo vivo (justo cuando su penetración en el Mar del Sur de China más recelos despierta). Es la misma promesa que dedicó a los líderes del G20 en la cumbre que auspició en Hangzhou el pasado septiembre, antes de que se confirmara la llegada de Trump.

El todavía presidente estadounidense Barack Obama enviará a sus dos más fieles escuderos para cortar amarras con la comunidad internacional, la misma semana que Trump tomará posesión. Antes de que esto suceda el sábado, el vicepresidente Joe Biden y el Secretario de Estado, John Kerry, harán balance de estos ocho años recogiendo seguramente la melodía del discurso de despedida de Obama la pasada semana en Chicago: la democracia no se puede dar por segura, menos aún en una época en la que sobrevive cercada por sus desviaciones no liberales y por los populismos. Apenas un par de horas antes de la intervención de Kerry mañana, el protagonismo lo tendrá el enviado de Trump a la selecta cita, el miembro de su equipo de transición Anthony Scaramucci.

Europa, que medirá el pulso a las fuerzas populistas hasta en cuatro elecciones (Holanda, Francia, Italia y Alemania), acudirá con una entrada de segunda, con casi la totalidad de sus líderes enfangados en la precampaña o la simple supervivencia.

Los grandes ausentes

Ni la canciller alemana, Angela Merkel, ni el presidente francés, François Hollande, ni el nuevo primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, ni el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se desplazarán hasta el foro. Si que acudirán los de Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Suecia, Croacia e Irlanda. De los grandes países europeos sólo acudirá la primera ministra británica, Theresa May, también ocupada, y para algunos superada, por las negociaciones para que el Reino Unido se divorcie de la UE.

May se dirigirá el jueves a los participantes, entre los que habrá más de 50 jefes de Estado y de Gobierno, además de los responsables de las principales multinacionales del planeta. Su intervención, a la que se le ha reservado cierta pompa, llegará tan sólo dos días después de su esperado discurso sobre sus planes para la negociación del Brexit, que se espera que active en marzo.

Los socios europeos estarán representados principalmente por sus ministros de Economía Finanzas. Hasta Davos se acercarán Wolfgang Schäuble (Germany), Michel Sapin (France), Pier Carlo Padoan (Italy) and Luis de Guindos (Spain), entre otros. También participarán en el encuentro el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, o el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, todos ellos habituales de este cónclave.

Tampoco acudirá ningún jefe de las instituciones europeas. La Comisión Europea estará representada por una docena de comisarios, incluyendo cinco de sus seis vicepresidentes. Si que se acercará el jueves Martin Schulz hasta el encuentro, pero lo hará dos días después de abandonar la presidencia del Parlamento Europeo. El socialista alemán tiene previsto en los próximos días regresar a la política alemana, tras más de dos décadas en la Eurocámara. Davos puede servir como aperitivo del puesto que le puede esperar a partir de febrero como ministro de Exteriores de Merkel, e incluso como candidato a la cancillería.

Los paneles de este año abarcarán temas como la cuarta revolución industrial o la crisis de los refugiados, pasando por el estado de Europa o el futuro de las Finanzas. Se agruparán bajo el título de 'Liderazgo receptivo y responsable'.

Porque con el telón de fondo de la brecha creciente entre gobernantes y gobernados, el aumento de la desigualdad y del malestar social de la ciudadanía, la élite mundial que se reúne en la villa alpina de precios prohibitivos quiere lanzar un mensaje claro: no sólo toman nota del cabreo popular. Ya es hora de enmendar el rumbo.

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